| Entrevista | Almudena Ariza |
«Tenemos un cólico de información banal»
La reportera presentará en la Primera «Hay que vivir», historias de superación que mezclan ficción y documental
Almudena Ariza se define como una periodista «de corazón», de las que quieren vivir la profesión a pie de calle y le aburren los platós. Por eso hizo el camino a la inversa: de presentar telediarios pasó a ejercer de trotamundos de la información. A sus 43 años, esta madrileña que informó del atentado de las Torres Gemelas desde la zona cero se ha curtido en zonas de conflicto como Irak, Afganistán, Pakistán. Después de relatar los sanfermines, mañana se estrena como conductora de un nuevo espacio de TVE-1, Hay que vivir, historias de superación personal que combinará ficción con otra parte documental en la que ella también se implicará. -¿Hay muchas mujeres reporteras en zonas de conflicto? 1397058884 Sí. En Afganistán o Pakistán encontré menos, porque son zonas muy duras para las mujeres, pero en Irak sí había muchas. He tenido compañeras muy aguerridas, incluso más que los hombres. A mí no me gusta convertir en femenino todo lo que hablamos, porque trabajamos igual. El único inconveniente en países árabes es vestirte de determinada manera, pero lo hemos aceptado y se acabó. -¿Hay que tener una madera especial para ejercer el reporterismo en países de riesgo? -Yo tengo un perfil muy concreto. En primer lugar, soy una enamorada de mi profesión, y lo que más me gusta en el mundo es estar en el pulso de la calle. Soy periodista de corazón, de verdad; creo en esto, a pesar de ser una profesión muy devaluada, muy masificada, maltratada, y cada vez peor pagada. El periodista sigue teniendo una enorme responsabilidad social y deberíamos esforzarnos todos, nosotros y la sociedad en general, para exigir un mejor periodismo porque estamos perdiendo calidad. -No es optimista sobre el periodismo de hoy... -No lo soy. Todo vale, se trabaja con menos rigor y veo en los que llegan menos ganas, menos pasión y más banalidad. Se busca por encima de todo el espectáculo, cuando la información puede ser atractiva sin convertirla en un payasada. -¿Está hablando de España o es una tendencia general? -Yo hablo de España, pero también fuera existe esta tendencia a hacer banal todo lo que se cuenta. Esa idea de aligerar, de quitar peso a los contenidos. Y por miedo a aburrir a la gente convertimos algunos argumentos en puras anécdotas. -¿Llegó al periodismo por vocación? -No, fue por casualidad. Desde pequeña quería dedicarme a la música. Estudié guitarra en el conservatorio y se me cruzó la posibilidad de hacer un programa de música en la radio. Entre en Radio Algeciras, donde vivía, empecé a cuajar, y poco a poco hasta hoy. -Le gustó siempre el periodismo a pie de calle... -Presentar me aburría mucho. Mi etapa profesional más intensa comenzó con la cobertura del atentado a las Torres Gemelas. Luego vino todo seguido.l -¿Afecta esa exigencia profesional en su vida privada? -Mi vida familiar es absolutamente plena porque hago lo que me gusta hacer, sin obstáculos. Mi marido es periodista, lo entiende y me apoya, y mis hijos también. La gran lección que han aprendido mis hijos es que es muy bonito poder estudiar para dedicarse el día de mañana a lo que a uno le gusta.