Paseando entre la historia de León1397124194

Durante sus dos mil años de historia, León ha sido testigo del paso de numerosas culturas que han dejado sus huellas en la ciudad. Romanos o judíos, cada una de nuestras calles es testigo de los rastros de diferentes pueblos que no se han perdido en el tiempo. Pero también existen monumentos al lado de los cuales pasan los leoneses diariamente sin prestar atención. Caminando entre la Legio VII El recinto que ocupaba la Legio VII fue amurallado en dos momentos diferentes. La primera de las fortificaciones se levantó a finales del siglo I al poco tiempo de llegar la legión a la ciudad. La actual calle Ancha es la heredera de ese trazado. La segunda es la conocida muralla de los Cubos, donde se sigue conservando en buen estado gran parte de ella. Esta construcción se realizó durante el siglo III. El campamento de la Legio VII contó, además, con un acueducto que acometía al recinto por el noroeste, procedente de las lomas en las que se ubica el actual barrio de San Esteban. En el Jardín del Cid puede contemplarse actualmente un pequeño tramo encargado de las conducciones que distribuían el agua. Las construcciones más complejas halladas hasta la fecha son los restos de dos edificios que aparecieron durante las excavaciones realizadas en el Corral de San Guisán y la plaza de Puerta Castillo. Mención especial merecen sus termas interiores, situadas en las proximidades de la puerta oriental del campamento y al borde de la vía principalis . Sus grandes proporciones indican que se extendían en el solar que actualmente ocupa la Catedral y la plaza de Regla. En el exterior de lo que fue el campamento han sido hallados importantes restos que atienden a lo que habría sido el núcleo civil, considerándose como más relevante una larga galería curva con cubierta abovedada. Restos judíos Tras ser arrasado Puente Castro en el año 1196, su aljama se trasladó a la ciudad de León, situándose entre las actuales plaza Mayor, de Santa Ana y del Grano. Muchos nombres de las calles recuerdan el pasado comercial de la zona, como Zapaterías, Platerías o Azabachería. Su sinagoga mayor, de la cual van apareciendo restos que recuerdan la presencia hebrea en León, tales como construcciones de la antigua aljama, bodegas o patios como el de Jabalquinto, se situaba en la calle Misericordia. En torno al año 1090 aparece la figura más relevante de la cultura y el pensamiento judío leonés: Moisés de León. Los restos de la primera aljama se encuentran en proceso de excavación en el Cerro de la Mota, un trabajo financiado por el Ayuntamiento de León. De su cementerio se conservan varias lápidas funerarias repartidas entre el Museo de León, la Sinagoga del Tránsito de Toledo y el Museo-Catedral de León. Testimonio cultural de León La ubicación de diversas esculturas en las calles de León comienza a principios del siglo XX con la instalación de la estatua de Guzmán el Bueno en la plaza que lleva el mismo nombre. En 1894, la reina María Cristina firma un Decreto Real mediante el cual ordena levantar una estatua en León en honor a Alonso Pérez de Guzmán, apodado El bueno . Aniceto Marinas finalizó dicha escultura cuatro años más tarde, siendo ésta inaugurada en el año 1900 por los miembros de la corporación municipal y provincial. Guzmán había demostrado su fidelidad al rey Sancho IV en la defensa de la plaza de Tarifa, hasta tal punto que fue capaz de sacrificar a su hijo por el bien de su tierra. En 1968, con motivo del decimonoveno centenario de la fundación de la Legio VII, se levanta una columna conmemorativa en uno de los laterales de la Plaza de San Isidoro. El Camino de Santiago cuenta también con un monumento en la ciudad, más concretamente, un homenaje al peregrino. A su paso por la capital leonesa, un peregrino descansa en la escalinata de un crucero frente a la fachada de San Marcos. Juan Carlos Ponga realizó en dos años y medio el monumento a los Dos Mil Años de la Ciudad. Se ubica en la Plaza de San Marcelo y representa tres de los estadios más importantes de la ciudad: el campamento romano del siglo I, la ciudad del siglo X y la ciudad en el año 2000. La ruta del agua Los orígenes del abastecimiento de aguas a la ciudad de León tiene su origen en la época romana, aunque la construcción de las fuentes públicas se realiza en el siglo XVII. En el centro de la plaza de Santa María del Camino o plaza del Grano se encuentra la fuente del mercado. En ella destacan dos niños agarrados a una columna que representa a la ciudad. Los niños se identifican con los ríos Torío y Bernesga. La fuente ubicada en las plaza de San Marcelo esta arropada por el Palacio de Botines, el de los Guzmanes, la Casa Consistorial y la iglesia de San Marcelo, convirtiendo este rincón en uno de los más bellos de la ciudad. La de Neptuno fue colocada inicialmente en 1789 en la plaza de la Catedral, trasladándose en 1931 a la plaza Mayor donde permanece hasta 1943, fecha en la que se ubicó en el jardín de San Francisco, donde hoy permanece.