Doping La Forta rompe la hegemonía de las generalistas

YO ANTES veía el Tour de Francia con los niños, porque me parecía que en el esfuerzo de los ciclistas había un claro mensaje formativo, pedagógico, pero ahora he resuelto prohibirles que vean esas cosas, porque siempre aparece la policía para meter en la cárcel a alguien. Terminarán poniendo al Tour la señal «mayores de 18», por apología de la drogadicción. La comidilla de esta edición del Tour había sido un videoclip musical donde unos sujetos disfrazados como de toreros mejicanos cantaban las excelencias de la EPO (eritropoyetina); era, por supuesto, una sátira del dopaje español , que ya se sabe que los franceses, en cuanto pueden, sacuden por debajo de los Pirineos. El videoclip tuvo tanto éxito que todos los periódicos (franceses) hablaron del asunto. ¿Doping en el Tour? Bah, cosa de españoles, tu-vois? Pues bien, llevamos veinte días de carrera y ya hay tres escándalos: el de Vinokurov y el Astana, el de Moreni y el Cofidis y, ahora, el de Rasmussen, del Rabobank. Los españoles siguen bajo sospecha (me temo que al pobre Contador le van a agujerear hasta las corvas), pero es evidente que aquí hay un problema que no se soluciona con demagogias chauvinistas ni con sentadas de corredores supuestamente limpios. El campeón olímpico Bradley Wiggins, que corre en esta edición, decía el otro día que es un desastre y que si sigue así, no debería haber ciclismo en los próximos diez años . Eso que dice Wiggins sería lo lógico, pero es exactamente lo que no pasará: mientras haya bicis habrá tele, o sea, espectáculo, y mientras haya espectáculo habrá negocio, de modo que nadie aprobaría algo tan antieconómico como cerrar la caja para limpiar la tienda. Uno se acuerda ahora de Jesús Manzano, aquel ciclista del Kelme que denunció haber sufrido dopajes masivos y que recaló en el equipo del Vaticano antes de retirarse definitivamente, porque las pociones mágicas le habían dejado el cuerpo deshecho. Lo interesante del caso Manzano no fue tanto la denuncia como el vacío universal con el que el mundo del ciclismo castigó al denunciante: revelar que algo olía a podrido en los laboratorios del pedal equivalía a lesionar gravemente el negocio, y eso era imperdonable. Pero la alternativa ha demostrado ser mucho peor: el negocio sigue adelante y ha engordado, pero a costa de convertir al ciclismo en una especie de práctica semidelictiva. Esto es atrozmente injusto para la gran mayoría de los ciclistas, sin duda, pero, como se ha renunciado a limpiar la casa, uno ya no sabe quién está en la mayoría y quién no, quién juega limpio y quién juega a ser cobaya bioquímica. Lo dicho: no deje que los niños se acerquen al Tour. 1397124194 María Rial REDACCIÓN | Las cadenas autonómicas conquistaron con un 19,9% de cuota de pantalla el horario estelar del pasado martes por primera vez desde hace más de un año y medio. El causante del éxito fue el excelente 19% que consiguió Televisión de Galicia con las celebraciones del Día del Apóstol; la gala especial A terra de todo o mundo arrasó en la comunidad gallega con un 32,5% de share medio. Este registro y los buenos resultados de TV3 y Canal Sur, sumado a que televisiones como Telemadrid o 7RM quedaron por encima de su habitual media permitieron destacar a la Forta. Por primera vez desde el 29 de noviembre del 2005, el conjunto de canales autonómicos lideró la franja de mayor consumo del martes. La última vez que la Forta, sin embargo, conquistó el horario estelar de un día de la semana fue el domingo 27 de mayo de este año; ese día las autonómicas obtuvieron un 22,4% de cuota media con motivo de las elecciones regionales y municipales que se celebraron en la mayoría de las comunidades. El pasado martes, la Forta subió más de dos puntos respecto a la semana anterior gracias a los buenos resultados de casi todas las autonómicas en la franja de máximo consumo y más concretamente a los excelentes datos que alcanzaron los canales de mayor peso. Las más fuertes TVG anotó un rotundo 29,2% gracias a la gala A terra do todo o mundo (32,5%) que marcó el inicio de la programación especial de la cadena con motivo del Día de Galicia. En Cataluña, la victoria de TV3 frente a las cadenas generalistas, con un 26,3% de cuota, se explica por el final de temporada de la serie Ventdelplá que consiguió alzarse con un 28,6% de share. En Andalucía, es un estreno lo que lleva a Canal Sur a conseguir un 21,7% e imponerse al resto de canales. Tras el incombustible producto de ficción Arrayán (28,4%), el programa de salud Ponte a punto consiguió un 22,8%. También destacó el 16,3% conseguido por Canal 9 con Socarrats (24,7%) y el cine sin pausas (16,8%); además del 13,2% de Telemadrid con el campeonato europeo de fútbol sub-19 (14,8%). El consumo televisivo mantiene su curva descendente y registró el mímino valor anual para el segundo día de la semana, 189 minutos.