Pinilla: «El País Vasco es un pueblo sin recuperar, que no tiene solución»

El escritor Ramiro Pinilla aseguró ayer que el País Vasco es «un pueblo sin recuperar, que no tiene solución», porque siempre ha estado gobernado por el nacionalismo, un movimiento político «que no funciona con la razón, sino con la fe, como la islamista». «Cualquier movimiento político que le falle la razón y se base en la fe, va de cráneo», sentenció Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923) ayer en Santander. Respecto a la situación del País Vasco, un lugar en el que «nos guste o no siempre han mandado los nacionalistas, radicales o demócratas, por lo que es un pueblo sin recuperar, sin transición, que no tiene redención», añadió. Este escritor vasco, que protagonizó la noche de ayer la velada Martes literarios , incluido en la programación de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, fue distinguido el año pasado con el Premio Nacional de Narrativa y de la Crítica. La situación en el País Vasco Autor de títulos como Las ciegas hormigas o Seno , tardó veinte años en escribir Verdes Valles, colinas rojas , una monumental y ambiciosa obra que retrata con detalle su visión mágica y realista del País Vasco. En cuanto a la posibilidad de que esta obra haya podido introducir algún tipo de cambio a la sociedad vasca, Pinilla consideró que «las novelas no cambian nada», La trama de su obra más reconocida «no incluye fórmulas, ni soluciones al problema vasco», sino que «trasmite» su visión de la realidad. «A mi modo de ver ETA no desaparecerá nunca, pero estoy a favor de negociar, a ver si al cabo de años se logra algo», apostilló. «Los vascos no son violentos en general, aunque si les dirigen gente que dicen que tienen derecho a reclamar la independencia, pues a nadie le amargará un dulce. Así que por eso los vascos demócratas guardan ese sueño en la recámara», indicó. Por otro lado, Pinilla anunció que su próxima obra será una novela negra, ambientada en Getxo, un escenario en el que es difícil escenificar una trama policiaca, ya que es un pequeño pueblo: «No sé cómo conseguiré que suene a novela negra, pero ya veremos lo que sale». También anunció que Tusquets reeditará este otoño la novela Antonio B., el Rojo, ciudadano de tercera , una obra publicada a finales de los setenta que él considera uno de sus logros porque utilizó por primera vez lo que el llama «lenguaje invisible». «Está escrita sin peso, ni obstáculos para el lector, de modo que la trama pasa de la pluma al lector sin interferencias. No hay ningún exceso, exaltación, ni exhibicionismo del lenguaje», explicó. Esta obra recoge la historia de una personaje real que narró a Pinilla su trágica vida en la sierra leonesa de la Cabrera Baja, una de las zonas más deprimidas de la postguerra, donde tras trabajar como pastor, se convirtió en un delincuente común, fue torturado por agentes de la Guardia Civil y, posteriormente, ingresó en la cárcel y un manicomio, entre otras tragedias. En cuanto a los escritores que están iniciando su carrera literaria, Pinilla les aconsejó que es «vital, que busquen otro empleo» pero que no abandonen la escritura. «Aquel que quiere vivir de la literatura, pierde la libertad de creación, ya que termina cediendo ante los gustos del momento y la presión de los editores», argumentó. «Tienen que asumir que la literatura cuesta, que hay que dedicarle horas, y que no requiere un gran talento pero sí horas y gran disciplina», esgrimió. Ramiro Pinilla se retiró durante tres décadas del mundo editorial, tras quedar finalista en 1972 del Premio Planeta, para cambiar éxito «por paz», una libre decisión tomada tras recibir el Premio Nadal (1960), y el Premio Nacional de la Crítica (1961).