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Escritor

«Ernest Hemingway era para mí un amoral y un imbécil»

Al escritor leonés, que está acabando el último de los tomos de sus diarios agrupados con el nombre de «El salón de los pasos perdidos», le gustaría que sus libros fueran considerados «criaturas vivas»

El leonés Andrés Trapiello prepara una recopilación de sus diarios

Publicado por
Aroa Pérez - el escorial
León

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Ensayista, poeta y novelista, Andrés Trapiello es un fecundo escritor que se toma su trabajo muy en serio. Le gustaría que sus libros adquirieran la facultad de «criaturas vivas». Para el autor leonés, sus libros nacen de la observación de la realidad y de la vida de las personas. Trapiello, que ha participado esta semana en los cursos de verano de la Universidad Complutense en el Escorial, no tiene pelos en la lengua y tilda de «imbécil» a Hemingway, a quien considera un «amoral» por aprovecharse de las regalías de la República y del régimen de Franco. «Alguien que mata elefantes por gusto tiene que ser un imbécil. Y siendo imbécil no se puede ser buen escritor», sentencia. Durante estos días está acabando el último tomo de sus diarios, agrupados bajo el nombre de El salón de los pasos perdidos. -Es usted un escritor muy prolífico. -No me gusta esa palabra, las hay mejores. Siempre he dicho que cuando dicen de ti que escribes mucho es que no pueden decir nada peor. Y cuando dicen que eres muy trabajador es porque no pueden decir nada mejor. -El novelista, ¿se nace o se hace? -El escritor se hace escribiendo, mirando la realidad y la vida de las gentes. -¿Es así como escribe? -Todas las vidas son tan fascinantes que poner a hablar a la gente es hacer literatura ya. Hay tantas novelas posibles como vidas. El novelista ha de estar al lado de todas y cada una de ellas. -¿Cómo le gustaría ser considerado? -Como un poeta que les acompaña hasta el misterio. Alguien que pone en relación el amor y la muerte a través del tiempo. -Se define como poeta frente a novelista? -No, todo responde a la misma necesitad. Los libros no son algo tan diferente de las personas, tienen un organismo propio. Como las personas -¿Son así sus obras? -Me gustaría que mis libros fueran considerados como criaturas vivas, que no sean diferentes de las personas que conocemos. -¿Es su diario una forma de almacenar un tiempo que se escapa? - El salón de los pasos perdidos es una manera de devolverle a la vida una pequeñísima parte de lo que nos da. La posibilidad de que esa parte no se termine nunca. -¿Porqué bautizó a su diario con ese nombre? -En las buenas casas españolas había un salón de pasos perdidos. El título sugiere muchas cosas, me parece a mí. -¿Cuál era la función de ese salón? -Era el lugar en el que uno no se puede quedar pero que es fundamental para ir a las otras partes de la casa. -¿Dónde queda el prototipo de escritor aventurero como Hemingway? -Espero que lejos. Hemingway era amoral, le sacó partido al bando republicano en la guerra y a Franco y los sanfermines en la posguerra; alguien que mata elefantes por gusto tiene que ser un imbécil. Y siendo imbécil no se puede ser buen escritor. Índices de lectura -Según las encuestas, los jóvenes leen cada vez menos. -Siempre han leído poco. Pensar que se leía más en nuestra época que ahora es un engaño interesado. La literatura ha sido cosa siempre de minorías. -Hábleme de su labor como columnista -Me la tomo muy en serio, como un relato o un poema. Una columna debería permanecer en pie mucho tiempo, o en el suelo, como en Grecia, pero incólume. -¿Las considera textos vivos? -Los textos son o deberían ser criaturas vivas. Me gustaría que mis artículos se leyeran como un pequeña pieza de Charlot: aunque contara cosas muy dramáticas lo hacía siempre de modo que nos arrancaba una pequeña sonrisa. -¿Cuáles son sus próximos proyectos? -Estoy escribiendo en estos momentos una novela que se publicará en 2008 y preparando el tomo del diario que sale a finales de este año.

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