Diario de León

EL INVENTO DEL MALIGNO | Con detalle |

Septiembre RTVE sufrirá restricciones adicionales de publicidad La empresa pública tendrá en cuenta las lenguas cooficiales

El PSOE remitió a los partidos el mandato marco

Publicado por
JOSÉ JAVIER ESPARZA MARÍA RIAL - redacción
León

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SI USTED tuviera que calificar a los canales de televisión al estilo antiguo, con suspensos y eventual recuperación en septiembre, ¿a quién aprobaría y a quién, por el contrario, catearía sin piedad? De entrada, cabría imponer un castigo general: todos los canales tienen que escribir cien veces, con caligrafía inglesa y sin faltas de ortografía, «No tomaré el Código de Autorregulación en vano». El castigo incluye a los miembros de la Comisión Mixta de Seguimiento del Código, que tienen una idea un tanto desahogada de la palabra «seguimiento». A propósito de ortografía, y con especial hincapié en los programas «rosa» de Telecinco y Antena 3, sería aconsejable que las redacciones de ambas casas cumplimentaran, de aquí a septiembre, un curso acelerado de gramática y ortografía españolas, a ver si así dejan de patear al idioma en los rótulos de pantalla. A este respecto hay un clásico bien baratito que es el Miranda Podadera (no llega a 5 ?), pero, si quieren algo más específico para recuperadores, ahí está Ortografía: refuerzo y recuperación , de Onieva Morales, que es un poco más caro, pero no inasequible para los presupuestos de nuestras cadenas. Dentro de las asignaturas pendientes con carácter específico, podríamos proponer una breve lista de tareas que nuestros canales satisfarían sin esfuerzo y al espectador medio le alegrarían ostensiblemente la vida. Por ejemplo, las tardes de Cuatro: en ninguna parte está escrito que sea obligatorio emitir cotilleo a media tarde; al contrario, todos ganaríamos si este canal hiciera hueco a esos notables programas que compra por ahí, y si con ello Cuatro no gana audiencia, desde luego ganará dignidad. Más: las noches de La Sexta, porque es asombroso que estemos oscilando entre series de buen corte, por un lado, y sujetos como Pocholo y Santiago Segura, por otro; si estos últimos desaparecen de la escena, el curso del cosmos no se verá alterado y, por el contrario, todos respiraremos mejor. En otro orden de cosas, a Telecinco le hace falta una clase extra de apoyo, probablemente con psicólogo incluido, para atreverse a abrir la puerta, salir de casa y descubrir que el mundo no se agota en el cotilleo y en el reality-show ; en la televisión actual hay todo un universo de posibilidades que nuestra cadena líder, sin embargo, ignora, y no sería mal ejercicio que de aquí a septiembre preparara, aunque sólo fuera como hipótesis, una programación sin cotilleo y sin realities . En cuanto a Antena 3, sólo una tarea, pero fundamental: aprender a vivir como si Telecinco no existiera. Lo de las Públicas ya es harina de otro costal: a éstas les bastaría con escribir la palabra «público» en el pizarrín y tratar de encontrarle una definición aceptable. Pero seguro que llega diciembre y aún no la han hallado. La corporación RTVE tendrá que someterse a «restricciones» a la emisión de publicidad televisiva «adicionales» a las establecidas por la normativa europea en materia de radiodifusión. Así consta en el borrador del primer mandato marco de la radiotelevisión pública, entregado por el grupo socialista al resto de partidos parlamentarios en el Congreso, en el que se concentran los objetivos a cumplir «en función de servicio público», por un plazo de nueve años. El documento, sin embargo, no fija en qué porcentaje se recortarán los anuncios en TVE. Protección de menores La propuesta incluye el compromiso de que RTVE no difunda, entre las seis y las 22 horas, contenidos «que puedan perjudicar el desarrollo físico, psíquico o moral de los menores», y añade que «establecerá sistemas de bloqueo paterno» para los contenidos no aptos a menores en los sistemas de difusión «donde técnicamente sea posible». El documento indica además, que sólo se informará de aspectos relativos a la vida privada cuando los hechos sean «de interés general, relevancia pública, interés informativo o su difusión sea expresamente autorizada». Valores constitucionales La radio y televisión estatal se regirán por los principios de neutralidad, pluralismo, imparcialidad y rigor, y actuará con absoluta independencia, sin que pueda recibir «instrucciones, directrices o cualquier clase de indicación imperativa» del Gobierno, de la Administración o de cualquier otra institución o entidad. La Corporación actuará «con absoluta independencia de cualquier poder político o económico». Producción propia RTVE «mantendrá un equilibrio» entre su obligación legal de utilizar al máximo sus recursos propios de producción y la de actuar como dinamizadora de la industria audiovisual independiente. Al menos dos tercios de las horas de emisión serán de producción interna. En el caso de los programas informativos y de actualidad, o los de carácter institucional o de autopromoción, la producción interna será del 100%. Esta cifra bajará al 80% en los espacios infantiles, educativos, políticos, deportivos o religiosos, entre otros, y al 60% en otros formatos de entretenimiento. Derechos deportivos Contratarán preferentemente «competiciones olímpicas y deportes profesionales» en los que participen las selecciones nacionales o equipos españoles. También atenderá los certámenes individuales de élite. Dentro de los objetivos generales de función de servicio público de la corporación, el mandato marco indica que RTVE «asume la obligación de contribuir a la construcción de la identidad y la vertebración de España como país», asumiendo la existencia de las diversas nacionalidades y regiones que la integran y que constituyen autonomías reconocidas en la Constitución Española. En consecuencia, ofrecerá programación territorializada en la que se tendrán en cuenta «las lenguas cooficiales de acuerdo a la realidad lingüística de cada comunidad». El borrador deja claro que la oferta pondrá especial cuidado para que ninguna persona pueda ser discriminada o vejada «por razones de edad, discapacidad, raza, religión, sexo u orientación sexual y que huirá de todo tipo de tópicos y estereotipos referidos a la sociedad, o a cada una de las minorías que la forman».

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