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| Entrevista | Magín Revillo |

«Bush no recibirá al presidente Zapatero en la Casa Blanca»

El periodista leonés acerca cada día a España la actualidad de Estados Unidos, un país en el que se siente casi como en Astorga cuando encuentra mollejas en algún «market»

Publicado por
J. Álvarez - león
León

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Magín Revillo es corresponsal de Radio Nacional de España en Washington. Allí llegó el 1 de julio de 1999 y como proceso de adaptación vivió en directo uno de sus más trágicos sucesos, el 11-S. Después de casi 9 años en este país habla para Diario de León el mismo día que Fidel Castro cumple 81 años y que Karl Rove, uno de los colaboradores más estrechos del presidente americano, abandonara su cargo. -¿Acomodado ya en EE.UU.? -En un país con 300 millones de personas la integración no resulta especialmente difícil. Es destacable la independencia social que se respira pero también es cierto que el vecino americano es tan íntimo como puede ser el europeo, aunque quizá mas ajeno al cotilleo. -¿Es posible entonces mantener las relaciones sociales en un país tan extenso? -Sí, aún puede haber alguien interesado en tu raza, asunto que me sorprende mucho, o encontrarte con reminiscencias de intolerancia, pero no más que en nuestro país, donde se considera que los inmigrantes ponen en riesgo el sistema sanitario. -¿Un sistema sanitario muy diferente al modelo americano? -Cierto, los españoles no sabemos agradecer lo mucho que tenemos. España se queja demasiado del sistema sanitario, en EE.UU. un seguro médico para una familia de cuatro miembros puede rondar los 1.200 euros al mes. Y no hablo de los desorbitados precios de los medicamentos. -¿La solidaridad del americano está más orientada hacia el exterior? -Existe un gran debate en estos momentos en el país sobre la reforma sanitaria. Hillary Clinton lo planteó en su momento y es algo que de nuevo se analiza. Pero el panorama exterior se aborda también en otras áreas. Muchos republicanos prefieren arreglar los problemas internos del país y pasar del exterior, en este sentido también existe un gran controversia sobre cómo actuar de cara a un futuro con los conflictos internacionales. -¿Asistimos entonces a un cambio en la política exterior de Estados Unidos? -Bueno, de producirse será un cambio consensuado y por tanto lento, ésta es una diferencia con respecto a nuestro país. Además, actualmente existen embajadores americanos como Al Gore o Clinton que será muy dificil que modifiquen su visión sobre cómo trabajar hacia el exterior. Además, este consenso propio de EE.UU. tanto en la política exterior como en la gestión interior imposibilita giros de timón de una forma tan inmediata como ocurre en otros países, pero aun así lo cierto es que el americano está muy preocupado por su actuación con el exterior ya que de momento sólo le proporciona inseguridad y coste, y esto es algo difícil de aceptar. -¿Inseguridad? -Lo cierto es que aunque el escenario del terror pueda poco a poco ir desapareciendo y la fiebre se haya pasado, existen recordatorios que te impiden olvidar. Washington es una ciudad abierta que la llaman ciudad jardín pues ahora los quitamiedos en los edificios institucionales o los minuciosos controles de los aeropuertos impiden que disfrutes de la forma que se hacía antes y que se merece la ciudad. -¿Podemos decir entonces que esa sensación aleja al ciudadano de la vida ? -Podemos decir que la emoción está muy presente por el momento en el ciudadano y que por tanto hay una cierta disposición al encogimiento, a ser tímido y reprimido. -¿Toda esta situación se reflejará en la próximas elecciones? -Asistiremos a unas elecciones apasionantes. Bush ha perdido mucha credibilidad y no ha puesto todavía a nadie en la carrera política. No tiene un sucesor o un heredero que apueste por su política y esto las convierte en unas elecciones muy interesantes. Además, el presidente aún tiene que hacer algo en este período que le resta de legislatura, en principio podría haber sido la solución al conflicto israelí, algo que no se observa aún claro, pero también podrían ser las relaciones con Cuba o la solución de Guantánamo, que no implique problemas con los tribunales. Esto pasaría por la repatriación de los presos o un uso adecuado de las cárceles militares del país. -¿Quiere decir esto que la carrera política ya ha comenzado? -Por supuesto, los 17 candidatos se han dado cuenta de la gran importancia de saltar antes y la carrera ya comenzó, así es; además, se han introducido novedades como preguntar a los candidatos a través del You Tube, serán unas elecciones apasionantes. -¿El político americano y el europeo se parecen? -Nos estamos comenzando a parecer más de los que queremos. Mi sensación tras nueve años allí es que el político americano tiene una mayor sensación de deber con el ciudadano, se comunican más las cosas, por ejemplo, se informó del posible atentado en el metro sin tener en cuenta la posible alarma social y esto es alto que te tranquiliza. El sentido de un gobernador de un Estado en cuanto a que es el delegado del ciudadano de a pie es algo interesante, aunque es cierto que a veces la burocracia hace fallar los sistemas.

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