«¿La piedra de Boñar, mala? Pues lleva ahí 700 años»
Hay un lugar común en León según el cual la Catedral sufre un deterioro tan grande en su estructura porque está hecha con piedra de Boñar, que es porosa y más endeble que otras. «¿Mala? -se pregunta Mario González-. Pues lleva ahí 700 años, así que tan mala no será». Efectivamente, son fenómenos como la contaminación o meteorológicos, además de por supuesto el tiempo transcurrido, el gran causante del estado del principal templo leonés. Además, es fundamental que la piedra respire, si la tapas o cubres con un material impermeable pero estanco «estás acabando con ella», comentó González en el transcurso de la visita. Y así, las reposiciones se hacen también con piedra de cantera leonesa. También se toman grandes precauciones a la hora de desmontar las vidrieras para su limpieza y arreglo, y posterior colocación. La diferencia entre un vidrio restaurado y otro aún por restaurar es abismal. «En algunas nos hemos encontrado con un grado de opacidad de hasta el 80%», explica el administrador del Cabildo. Los vitrales con los que hay que trabajar son los de la zona del triforio, de los siglos XIX y XX. «Por cierto que varios de ellos son de Alberto González, el abuelo materno del político recientemente fallecido José María Suárez; ahí está su firma», muestra el administrador.