El padre de las actrices Emma Penella, Terele Pávez y Elisa Montes
Según Gibson, el interés de acabar con la vida de Lorca radicaba no sólo en las envidias que despertaba por su amplísima fama y «puro genio», sino por su pública condición de rojo y homosexual. Comenta incluso que se ordenó «dar café, mucho café» al poeta y que había quienes se jactaron incluso de haberle «metido dos balas en el culo, por maricón». Aunque el propio régimen de Franco tildó de «accidental» la muerte del dramaturgo, atribuyéndolo a un «revuelo callejero», el hispanista considera que llegaron a consultar telefónicamente al general Gonzalo Queipo de Llano «para cubrirse las espaldas». Gibson, al que le hubiera gustado contar con la versión de las hijas de Ruiz Alonso -tres de ellas las actrices Emma Penella, fallecida recientemente, Terele Pávez y Elisa Montes- retrata en su obra a un «fanático resentido», a un «fascista católico», interesado siempre en exponer su virilidad. Cuando el propio ensayista le comentó que en Francia se rumoreaba que la muerte de Lorca fue la consecuencia de una riña entre homosexuales entre los que estaba él, le comentó con ira que le mandaran a las hijas y mujeres de quienes decían eso para demostrar su hombría.