Tomate Antena 3 reclama un cara a cara entre Zapatero y Rajoy

Dos asuntos cualesquiera: el torero Enrique Ponce anuncia medidas contra Aquí hay tomate porque este programa le ha atribuido una relación homosexual; el mismo programa protagonizaba esta semana un episodio bastante bochornoso con unos fotomontajes de doña Letizia Ortiz en pose cinegética. Aquí hay tomate está jugando a un juego muy peligroso. Podríamos definirlo así: inducirnos a todos a aceptar que alguien se arrogue el privilegio de ensuciar la calle impunemente. Es decir: que aceptemos que alguien, en la televisión y bajo pretexto de la «libertad informativa», pueda hacer todo aquello que a los demás nos está vetado y bien vetado. ¿Podría un medio informativo de televisión, de radio o, mucho menos, de prensa, inventarse un romance homosexual de un torero o mostrar unas imágenes falseadas de cualquier persona envolviéndolas en una atmósfera equívoca, como si fueran verdaderas? Podría, desde luego, pero no sin exponerse a la reprobación general. Y entonces, ¿por qué habría que tolerar semejantes cosas en Aquí hay tomate ? ¿Porque es muy divertido, porque tiene mucha audiencia, porque es un buen negocio, porque, después de todo, «no es más que un programa rosa»? Eso es como tolerar al chulo del pueblo que orine en la estatua de la plaza. Es una injusticia objetiva y, como tal, crea un natural resentimiento en los damnificados, que ya no son sólo las víctimas de los excesos «informativos» del programa de marras, sino una profesión que, en conjunto, está perdiendo prestigio a ojos vista por las gracias impunes del chulo meón. Lo que más difícil resulta entender es la posición de la empresa, es decir, de Telecinco, en toda esta polémica. Por decirlo con las palabras que usa el común: ¿Es que no les da vergüenza? Es evidente que no, y aquí es donde está el problema de fondo. Por razones que sólo cabe achacar a una insuficiente conciencia profesional, las cadenas -todas, en general, pero muy especialmente las privadas- tienden a pensar que ellas no son responsables de las cosas que emiten. Algunos programas incluso lo dicen expresamente: no se hacen responsables de las opiniones de sus colaboradores. Es un vieja artimaña del escaqueo legal: si a un colaborador se le va la olla, ya se las arreglará él con los tribunales, que yo me limito a meter dinero en la caja. Pero esto es una impostura, porque la inhibición de responsabilidad, generalmente tolerada en los medios, tenía por objeto favorecer la neutralidad de la opinión, no la impunidad del delito. A las cadenas se les ha olvidado, según parece, que la responsabilidad no es sólo legal, sino, sobre todo, moral. Y en esto no tienen derecho a ser irresponsables. Antena 3 reclama un cara a cara entre el presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy. «Nuestro liderazgo absoluto a nos obliga y nos da derecho a este debate», defendió la directora de los informativos de la cadena de Planeta, Gloria Lomana, al presentar la nueva etapa de su departamento, que contempla un aumento del tiempo dedicado a la información hasta 9 horas diarias. Todo hace pensar que se prepara una guerra entre cadenas para ofrecer este careo entre Zapatero y Rajoy. La pasada semana, el propio presidente de la Corporación RTVE, Luis Fernández, informó de que los partidos políticos tenían encima de la mesa diferentes ofertas de debate dirigidas desde la cadena del Estado. La principal, este requerido enfrentamiento entre el presidente de Gobierno y el jefe de la oposición, así como un segundo debate en el que participarían las principales fuerzas políticas del país (PSOE, PP, IU, CiU, ERC y PNV) y una nueva edición del exitoso formato Tengo una pregunta para usted que pretende contar con la presencia conjunta de Gaspar Llamazares (IU), Duran i Lleida (Ciu), Carod-Rovira (ERC) y Josu Jon Imaz (PNV). Acerca de los planes de la cadena pública, la directora de informativos de Antena 3 señaló que «nos agrada que otras cadenas oferten debates, y es bueno que se celebren para la salud e higiene democrática, cuantos más mejor». En este sentido, Lomana añadió que «si por razones legales otras cadenas no pudieran emitir debates, aquí estamos nosotros para los que hagan falta, pero uno de ellos esperemos que se haga en Antena 3». Gloria Lomana aseguró que hace seis meses, coincidiendo con las entrevistas que ofreció esta televisión con Zapatero y Rajoy, invitó a ambos líderes al pretendido cara a cara. Rajoy contestó que estaba dispuesto y aceptó la invitación, mientras que el presidente de Gobierno argumentó que aún era muy pronto para comprometerse, según explicó. Nueve horas de información Los informativos de Antena 3 quieren fortalecerse para renovar y mantener el liderazgo. En esta nueva etapa se reformará el matinal Espejo público , que pasará a durar tres horas diarias, y se estrenará el programa semanal de información y debate 360 grados . La cadena privada emitirá un total de nueve horas de información a lo largo del día. La periodista Susana Griso se mantiene al frente de Espejo público , programa matinal que desde el lunes adelantará su inicio a las 9:00 para prolongar su emisión hasta las 12:30 horas. Será «un gran informativo con elementos de magazín», según adelan en Antena 3, que incorporará humor, ironía y que pretende impregnar la mañana del tono de la medianoche. En el largo espacio de Griso habrá un protagonismo destacado de público en el plató con participación activa. Al programa se incorporarán Ramón Arangüena, que dará la nota más distendida, así como el analista político Herman Tersch y Massiel. Además, el periodista Roberto Arce estrena el día 18 el informativo semanal, 360 grados , con información y debate sobre asuntos de actualidad. El nuevo espacio, que será en directo y tendrá una duración de 90 minutos, tendrá en el plató a los protagonistas de la información, contertulios y afectados. Cada semana habrá un cara a cara con dos personajes representativos de la polémica que se aborde. A partir del lunes, también variarán la escenografía de los informativos y la imagen corporativa. Inaugurarán cabecera y una sintonía grabada en un estudio de Bratislava por una orquesta sinfónica. Se mantiene el tono azul del plató pero incorporarán materiales como el cobre y el acero. Con todo, se busca dar una imagen de dinamismo que atrape al espectador.