| Entrevista | Ismael Serrano |
«Hay que soñar despierto y luchar contra el determinismo imperante»
El cantautor madrileño cumple diez años en la música con su séptimo disco de estudio, «Sueños de un hombre despierto», con el que muestra su madurez artística
Papá, cuéntame otra vez¿ , cantaba hace diez años justos Ismael Serrano consiguiendo hacer de una canción social un hit tarareable, dentro de aquel primer disco titulado Atrapados en azul. Fue entonces cuando los de la mercadotecnia intentaron sacarse de la chistera una generación de nuevos cantautores y, como mezclaban churras con merinas, la cosa salió bastante mal porque apenas compartían edades y gustos. Y es que no había operación cantautor. Los Pedro Guerra, Javier Álvarez, Tontxu o el propio Ismael Serrano se las veían y deseaban para contestar a la inevitable pregunta, esa que les situaba en un universo común. -¿Acepta que se le diga que hay en este «Sueños de un hombre» despierto algo sorprendente, como si hubiera querido hacer un disco que añadiera algo más a lo que siempre ha aportado? -En este disco cumplo un sueño lejano que era el de ejercer de productor y arreglista. Todo viene de un proceso que es el que se concreta cuando empiezas a tener claro lo que quieres. Es un disco muy acústico, crudo, sin efectos, con la voz muy presente. La búsqueda era rescatar toda esa verdad tocando todos a la vez. -En estos tiempos en los que casi todo aparece sobreproducido, ¿le costó mucho convencer a la compañía de que su opción era otra? -Lo tuve bastante fácil, porque en mi compañía saben que no sé trabajar de otra forma que no sea la de estar encima de todo. -¿Y compuso pensando en su público o en lo que quería grabar de esta manera? -Cuando uno compone no puede pensar en complacer a la gente. Componer y hacer canciones responde a una necesidad y ambición personal. En realidad, lo que se hace es responder a las exigencias del ahora. Y de ahí puede surgir la incertidumbre, que la tengo, de pensar qué le parecerá a la gente. -Para artistas como usted, el proceso creativo implica espectáculo y contenido. ¿Cómo baraja estos dos términos que no tienen por qué serlos pero que a veces son contrapuestos? -Al final, a todo eso anterior se suma que se compone pensando en el directo. En que una canción no se acaba hasta que no la oye alguien. Y el directo tiene otros mecanismos y todo es más tangible. En el disco, por mucho que quieras, no hay esa complicidad. Después de todo ese trabajo personal queda después que no se sabe qué va a ocurrir. Cómo serán recibidas las canciones. Y que hay gente que te ha seguido siempre y que se va a encontrar con esas canciones como algo nuevo. -Habla de sueños y esperanzas. ¿Qué pasa que tal y como está el patio para tener esperanzas hay que soñar? -Hay que soñar despierto. Hay que soñar contra el fracaso. La esperanza ha de perseguirse contra el determinismo que se nos impone como derrota obligatoria. -¿Siente que tiene compañeros de viaje en ese compromiso vital y musical? -Compañeros de viaje hay. Hay gente que apuesta por ese sentido de la música. También, medios convencionales que no se comprometen con esa música que requiere una mirada a largo plazo. Hay herramientas ahora como Internet que son una alternativa interesante, aunque a veces se convierten en una riada de información incontrolable. Pero creo que todavía queda el sabor sereno de encontrarte con una canción maravillosa mientras escuchas la radio. -En cuanto a la industria musical y su crisis, ¿tiene alternativas? ¿No se quejan ustedes menos que los del cine? -El cine, tradicionalmente, ha sido auspiciado por el Estado. En cuanto a la música tengo que decir que fue un negocio sobredimensionado. Son otros tiempos y la música siempre espera a que la próxima revolución lo arregle todo. Pero lo que está claro es que hay que dejar el victimismo. -¿Qué es el éxito para usted? -Para mi, el éxito es el trabajo y tenerlo. Se trabaja para el éxito, sí, pero ahora que me preguntas por la crisis, yo empecé cuando se acababan los años de bonanza. Y la opción era clara. Tocar y tocar. Me recorrí todos los cafés de Madrid, muchos del resto de España y en ese plan me fui a Latinoamérica. El sentido principal del éxito, para mi, es tener continuidad, coherencia y repertorio. -¿Qué estaría haciendo hoy de no haber sido músico? -Estudiaba Ciencias Físicas y me hubiera gustado acabar la carrera. Supongo que me hubiera dedicado a la investigación. Pero la música siempre fue mi sueño.