«Brad Pitt es estupendo»

Angelina Jolie, la actriz con los labios más sensuales de Hollywood, vuelve a la gran pantalla con Un corazón invencible , un drama dirigido por el británico Michael Winterbottom y producido por su pareja, Brad Pitt, que este viernes se estrena en España Conocido su compromiso con las causas humanitarias, la intérprete se mete en la piel de Mariane Pearl, cuyo marido, el periodista Daniel Pearl, fue raptado en Pakistán en 2002 y asesinado por sus secuestradores. -¿Cómo es Michael Winterbottom? -Un director que se toma su trabajo muy en serio, sobre todo cuando se implica en una historia real y dura como ésta. Michael sabe bien como coordinar un equipo. En la casa donde rodábamos no había luces, todos estábamos agotados y, de pronto, aparecía y te gastaba bromas que te hacían sentir mejor. Se creó un ambiente único, muy de familia. -Al principio, a Winterbottom no le parecía que usted apareciera con peluca y lentillas. -Porque nunca lo había hecho. A veces tienes que transformarte para el personaje. Le expliqué que esos elementos no dejaban de ser aspectos técnicos y le pareció una gran idea. -¿Le costó rodar la escena en la que Marianne descubre que su marido está muerto? -Estuve llorando todo el día. Lloré tanto que no me podían maquillar. Me fui preparando sola, no hablé con Michael sobre la escena hasta un minuto antes de rodarla porque no podía. Sólo me dijo que cuando recibiera la noticia me fuera a la habitación. Michael me trató con mucho respeto y mucha libertad durante todo el rodaje. Ha sido muy duro hacer esta película porque conocía a toda la gente que estaba involucrada. -Entiendo que tuvo las emociones a flor de piel. -Cuando ruedas la misma escena una y otra vez entras en un estado mental muy extraño. Michael nunca repitió ninguna escena más de lo necesario, no me exigió más de lo que podía dar con este personaje. Nos entendimos muy bien. -Conseguir mantener ese grado de concentración emocional durante varias tomas es lo que se llama talento. -Todos sabemos lo que nos conmueve. Todos hemos vivido momentos tristes. Yo estaba muy atenta, se me aparecían imágenes de Danny, de Marianne, de mi madre que en aquel momento estaba enferma. Pensaba en la gente a la que amo, sobre todo en mis hijos. Sentarme en ese lugar a rodar era asfixiante pero al mismo tiempo catártico porque sentía que crecía como ser humano. Estaba llena de energía. -¿Por qué decidió hacer esta película? -Aunque el primer día de rodaje dudé y me asusté mucho porque no me sentía capaz de hacerla, estaba convencida que era un gran personaje, una historia importante que había que contar. Creo en el mensaje del filme, quiero que se lea el libro de Danny, que su trabajo como periodista continué. Gracias a Marianne, ahora soy una mujer más tolerante. -¿Ya no siente odio por nadie y por nada? -Cuando la conocí me sorprendió su amor y tolerancia después de la tragedia que había vivido. Enfadarse es lo lógico cuando te pasa algo tan brutal. El odio y la ira son las primeras emociones ante un trágico suceso. Pero ella va más allá, tiene sentimientos más profundos. Imagino que tiene mucho que ver que sea budista. Para mi es una mujer admirable. -¿Hubiera aceptado el personaje si ella no hubiese dado su consentimiento? -Por supuesto que no. Sin su bendición no hubiera hecho nada. Cuando nos conocimos, empezamos a hablar de los niños y terminamos la conversación hablando de nuestros hijos. Teníamos las charlas normales entre dos mujeres, no estábamos todo el día discutiendo de política internacional. -¿Cómo ve su futuro? -Lo único que quiero es salud para mi familia. Queremos aumentarla, pero debemos estar seguros que todos tienen lo que necesitan. Brad y yo hablamos sobre quién va a trabajar y quien va a dedicarse a la familia, no queremos perdernos nada, ni de nuestra vida ni de la de nuestros hijos. Estoy en un momento en el que no quiero hacer muchas películas, quiero dedicarme a los míos y disfrutar. -¿Qué ha encontrado en Brad Pitt? -A un hombre estupendo y muy bueno.