Diario de León

El director, Claudio Cavina, está considerado el contratenor italiano más importante

La Venexiana ofrece esta noche un concierto en la iglesia de San Marcos José Luis Puerto lanza la colección «Biblioteca de las Sierras»

El programa está dedicado en su integridad a los madrigales de Monteverdi

Imagen del grupo de música barroca La Venexiana, que hoy ofrece un concierto en San Marcos

Imagen del grupo de música barroca La Venexiana, que hoy ofrece un concierto en San Marcos

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Miguel Ángel Nepomuceno César Combarros - león león
León

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El segundo concierto del 24 Festival Internacional de Órgano Catedral de León vuelve a tener como protagonistas al grupo barroco La Veneciana, dirigida por Claudio Cavina, que ayer noche abrió esta nueva edición con un programa monográfico dedicado a Domenico Scarlatti en el 250 aniversario de su fallecimiento. Esta noche el evento cambia de sede y se traslada a la iglesia de San Marcos para ofrecer a las 21 horas otro programa monográfico dedicado esta vez al padre de la ópera Claudio Monteverdi y sus famosos madrigales extraídos del libro Lasciate mi morire de la Romania ad Anna Renzi. Como es habitual el concierto es gratuito por lo que la organización ruega la máxima puntualidad ya que las puertas se cerrarán al comienzo. El director del Grupo Claudio Cavina está considerado el contratenor italiano más importante de su generación. Estudió con Candace Smith y Cristina Miatello, y se especializó en la Schola Cantorum Basiliensis con Kart Widmer. Participa regularmente en diversos conjuntos vocales internacionales de primer orden, como Huelgas Ensemble, La Colombina, Al Ayre Español, Clementic Consort, Elyma Ensemble, y actúa regularmente como artista invitado en los más prestigiosos festivales europeos (Paris, Ambronay, Geneve, Brugge, Antwerp, Utrecht, Madrid, Barcelona, Amsterdam, London, Glasgow) y mundiales ( Tel Aviv, Tokyo, Mexico DF). Madrigales en atril Sus actuaciones como solista le han llevado a las operas de la Fenice de Venecia, el Teatro de Florencia, La Scala de Milán, Arena de Verona, Concertgebow de Ámsterdam, MusikVerein de Viena, entre otros. Hasta la época de Monteverdi casi toda la música coral italiana estaba regida por estrictas normas polifónicas. Monteverdi, con su estilo suntuoso, desempeñó un importante papel en el desarrollo de una nueva y dramática expresión musical. Su música se podría dividir en dos mitades; en Mantua escribió sobre todo obras profanas: madrigales, canciones, óperas y en Venecia más bien música religiosa. El programa de hoy está basado e una selección de madrigales, básicamente tomados de los libros 7º y 8º. Podríamos decir que con el madrigal de Monteverdi nace el canto «a solo» que encierra un sentido dramático y que conseguirá su máxima expresión en la ópera. Monteverdi encontrará en sus madrigales una ocasión propicia para expresarse a su antojo. En ellos la palabra se hace música, convirtiéndose en algo más que simple sonido. La sonoridad de la palabra ya no es sólo articulación fonética, sino su misma razón de ser. Casi veinte años transcurren entre la publicación del 7º y 8º libros de madrigales, pero es en ellos, sobre todo en el 8º, donde más se nota el «stile concitato» que en lineas generales está presente en todos sus madrigales. Por «stile concitato» Monteverdi entiende la representación musical de estados de ánimo apasionados. «La música deber percutir nuestro ánimo y por lo tanto debe significar los contrastes, en definitiva debe reflejar con pasión los estados de ánimo» se expresaba Monteverdi. De hecho hay que tener en cuenta que la característica más importante del madrigal es tal vez la tendencia a expresar con fidelidad el contenido del texto a través del hecho musical. Unas veces el texto será de carácter guerrero, otras histórico, otras amoroso, etc. Pero siempre con carácter. Con Claudio Montevedi la larga e ilustre historia del madrigal italiano llega a su culmen y a su fin. Monteverdi está a caballo entre el renacimiento y el barroco. En sus primeros libros demuestra ser un experto en la técnica antigua; en los últimos entra de lleno en el estilo barroco, dando rienda suelta a sus instintos. En sus libros incluye madrigales de estilo concertante y madrigales a voces con acompañamiento de bajo contínuo y algunos instrumentos obligados, práctica que representa una síntesis del madrigal del renacimiento y la monodia barroca. Después de Monteverdi se continuó usando el término Madrigal pero se trataba más bien de monodias, cantatas, músicas camerísticas, que poco tiene ya que ver con el apasionado y sentido madrigal de Mont Lugar: San Marcos. Hora: 21.00. Entrada: libre. El poeta José Luis Puerto acaba de lanzar al mercado editorial la Biblioteca de las Sierras , un «proyecto personal con el que pretende divulgar las tradiciones y la historia de la Sierra de Francia y de Béjar. «Pretendemos recuperar libros que ahora no están al alcance del lector porque se encontraban agotados o en ediciones difíciles o inasequibles», apuntól. La empresa vallisoletana Castilla Ediciones se encarga de publicar la colección, que se abre con Batuecas del duque de Alba, comedia escrita por Lope de Vega a finales del siglo XVI, en la que instauró lo que se conoce como 'el mito de las Batuecas'. En sus páginas, el dramaturgo presenta a los habitantes de esa zona como «bárbaros que visten con pieles habitan en chozas y practican una economía de subsistencia, basada en la recolección de frutos y en la caza», según recoge el profesor Manuel Ambrosio Sánchez en la introducción. «He querido abrir la serie con el texto de Lope que dio origen al mito, y la segunda entrega de la colección es Fábula de las Batuecas y países imaginarios (un extracto de la obra Teatro crítico universal ), del padre Fray Jerónimo Feijoo, que se encargó de desmontar la leyenda», aclara Puerto. El poeta destaca cómo Lope de Vega «creó su versión del mito del buen salvaje» para narrar «la historia de una pareja de amantes de la casa ducal de Alba, que al no tener la venia del duque para formar matrimonio huyen al sur de la provincia de salamanca y en las Batuecas descubren a unos españoles sin cristianizar, salvajes». Otro de los autores que profundizaron en ese mito fue el bachiller Tomás González de Manuel, un presbítero albercano que en 1693 alumbró Verdadera relación y manifiesto de la antigüedad de Las Batuecas y su descubrimiento , con el propósito de poner de manifiesto las incongruencias de la leyenda. Según detalla Puerto, su intención es que aquel texto pase a formar parte en el futuro de la nueva colección.

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