| Entrevista | Rafael Doctor Roncero |
«No quiero hacer un museo a mi gusto»
El director del Musac está convencido de que «a la gente le fascinan los cambios brutales». En su opinión, «si enseñas siempre lo mismo, será una colección muerta»
Muy pocos creían en su idea de museo. Al final, ha acabado convenciendo al público y a la crítica. Ha conseguido que se hable del Musac en medio mundo. Rafael Doctor Roncero, el director del Musac, ha acabado por querer a una ciudad que le acogió con recelos. Dice que las exposiciones pueden gustar o no, pero nunca aburrir. -¿Cuántas obras integran ya la colección del Musac? -Es difícil decir el número exacto. La colección tiene ya unos 250 artistas y más de mil obras. En esta exposición hemos hecho una selección. La hemos trabajado de manera muy aleatoria. -¿Es esta la exposición más ambiciosa del Musac por el número de artistas que participan en ella? -Sin duda, la más arriesgada, porque aquí se nos ve tal como somos, con lo bueno y lo malo, así como todo lo anterior. La planteamos con cierto sentido autocrítico, para ver por dónde tenemos que evolucionar. -En las paredes no caben más obras, ¿no cree que van a saturar al espectador? -Queremos que ése sea uno de los efectos, para que luego el espectador la mire despacio. Es el concepto de los museos antiguos, de ofrecer mucho. Lo que planteamos es una forma de ver. -La Junta se comprometió a invertir anualmente 1,5 millones de euros hasta el 2013 para crear la colección, ¿lo está cumpliendo? -Sí, y a veces se supera con alguna compra extra. La consejera ha dicho que el Musac seguirá siendo el buque insignia de la Junta. Ella quiere seguir apostando por el Musac. El proyecto está planteado para diez años y va por esa línea, hasta consolidarse. -Ya hay un buen número de artistas leoneses en el Musac¿ -La medida más antipopular del Musac ha sido no diferenciar artistas locales o regionales. Nuestra visión ha ido hacia lo internacional, apostar por la calidad, no por donde una persona nace. Proporcionalmente, hay muchos artistas locales, y muchos han tenido una exposición individual. Todas las acciones que se hacen están trabajadas para la ciudad de León. Si expusiéramos a un artista sólo por ser de León, le haríamos un flaco favor. -¿Cuáles son las joyas de la colección? -En esta exposición, por ejemplo, está la obra de Marina Abramovic, Julian Rosefeldt, Sam Taylor-Wood o Matthew Barney. -¿Por qué todo lo que hace el Musac tiene tanta repercusión nacional e incluso internacional? -Es una propuesta distinta a la del resto de los museos. Esencialmente tenemos una personalidad propia. Para nosotros es bueno que haya gente que no valore el museo. Entendemos que hay otras visiones diferentes. Si se valora es porque tiene una personalidad diferente de otros museos. Todo lo que se hace en el Musac se hace desde aquí; no traemos exposiciones ya montadas. No tenemos pereza de cambiar todos los espacios y empezar de cero cada cuatro meses. Al principio, la asignatura más difícil era hacer público de este arte contemporáneo con gente que no estaba acostumbrada al arte contemporáneo. -Hay que reconocer que han tenido vista al hacer talleres para enseñar a mirar y comprender el arte contemporáneo al público¿ -Las acciones didácticas del Musac son prioritarias. No creo que la gente tenga que saber de arte contemporáneo. Por eso trabajamos a distintos niveles la didáctica del museo. Queremos buscar un sentido al museo a través de todas las acciones. Una obra que no se sabe mirar no existe. Lo que ansía un artista y el museo es llegar al máximo de personas y de la forma más efectiva y libre. -Dicen que hacen «trampa» con las cifras de visitantes, que una misma persona cuenta por cinco si tienen en ese momento cinco monográficas¿ -Las cifras son por persona. Lo otro, lo hacen otros museos. En adelante vamos a dar las dos cifras, por personas físicas y el llamado sistema europeo. En todo caso, superamos los 300.000 visitantes desde que se abrió. Somos un museo con mucho público. -En el 2013 terminarán de completar la colección, ¿cómo va a ser entonces el Musac? -Habrá que replantear el museo, ya que tendrá unos verdaderos fondos. La colección será tan sólida y amplia que se podrá, tal vez, cambiar sólo cada año o, quizá, se decida ampliar el museo. -Han llegado a dar la revalorización de algunas obras, ¿quieren demostrar que no se han equivocado en las adquisiciones? -En Arco presentamos la tasación para demostrar que se habían revalorizado muchas por encima del 70%; sobre todo, para justificar que aquí no se tira el dinero. Aquí va a reposar una gran colección. Queríamos demostrar que se está creando patrimonio. -¿Qué hay del Musaf? -Está en proceso. La idea es que abra en cuatro años. Todavía falta mucho trabajo por desarrollar. -Han acostumbrado al público a que el Musac siempre sorprende en cada nueva exposición, ¿esto será posible siempre? -A la gente le fascinan los cambios brutales; los que los detestan, creen que somos un museo espectáculo. Los cambios tal y como está concebido el museo son necesarios. Si enseñas siempre lo mismo, será una colección muerta. Para el arte contemporáneo, sólo el dinamismo le da sentido. -¿Qué pasará cuando la colección esté cerrada? -Puede seguir en esta línea. Ahora es prematuro saberlo. -¿Lo que se expone en el Musac responde a su gusto personal? -Hay cosas que no son de mi gusto personal. Aquí trabajan muchas personas a nivel de decisión. Mi visión parte de entender que tiene que primar una visión contrastada. Con Agustín Pérez Rubio, el conservador jefe, coincido en mucho y difiero en mucho. No quiero hacer un museo a mi gusto. -¿Qué obras del Musac tendría en su casa? -Una foto de Gregory Crewdson que se verá en la exposición. Es una mujer desnuda que está en la oscuridad y mirando hacia fuera. -Es conocida su vocación por la fotografía, ¿también la ha primado en el Musac? -Las colecciones contemporáneas están trabajando al mismo nivel con fotografía y vídeo. Quizá es el museo que más se atreve con el vídeo. Ningún oro lo hace. Quizá el Musac peca más de vídeo que de fotografía. -Dedicaron una exposición a la pintura, para demostrar que no ha muerto¿ -La pintura sigue tan viva como siempre. Antes era la única que bailaba en este baile y ahora hay más técnicas. Que bailen otros no implica que dejen de bailar los anteriores. Nosotros quisimos demostrar que la pintura tiene esa misma contemporaneidad. -¿Es suficiente un millón y medio al año para adquisiciones? -Lo ideal serían cinco, porque hay muchos autores de los que no podemos comprar obras. Nos dan libertad para comprar. La Junta deja que los profesionales hagamos nuestro trabajo. Sacamos el máximo partido al presupuesto que tenemos. -Si pudiera, ¿a qué autores les compraría obras? -No tenemos obras de Mauricio Cattelan, de Damien Hirst o de Mariko Mori. Nos encantaría alguna obra. Pero antes que una obra poco significativa, preferimos no tener nada. -¿Han recibido donaciones de artistas o de coleccionistas? -Algunos artistas de la colección nos han donado alguna obra. Ha habido artistas querían ceder obras y que no las hemos aceptado o porque no tenían la calidad suficiente o porque no estaban en la línea del museo. -¿Van a seguir programando conciertos? -La música es el ámbito de la creación más popular. El arte contemporáneo hace constantes guiños a la música. Nosotros hacemos lo que podemos y traemos a artistas. La respuesta de la ciudad en todos los conciertos ha sido muy buena. Vamos a hacer otra vez el festival Otros Mundos Pop, será en marzo. Además, somos el único museo que ha editado discos. -Repiten la apertura nocturna, que en la anterior exposición fue un éxito, ¿por qué no lo amplían a otros días? -La primera vez, que coincidía además con la noche de los museos, pasaron más de 2.000 personas en esa hora y media. Veremos cómo funciona esta vez. Muchos museos ni siquiera abren los domingos por la tarde y nosotros, sí.