«He tenido que trabajar mucho porque estaba infravalorado»

Con décadas de cine y teatro a sus espaldas, Manuel Alexandre sigue en la brecha. Cumple 90 años el próximo 11 de noviembre y ahora está de estreno con ¿Y tú quién eres?, de Antonio Mercero, un viaje al abismo del alzheimer en el que comparte protagonismo con José Luis López Vázquez y la joven Cristina Brondo. A sus espaldas se cuentan títulos como Calle Mayor, Bienvenido Mr. Marshall, Plácido, El año de las luces , Amanece que no es poco o la más reciente y reconocidísima Elsa y Fred . Es un pesimista de sí mismo y por eso reconoce que ha hecho papeles que no fueron más que trabajar para comer. Con un Goya honorífico, Alexandre, madrileño, un grande del teatro, confiesa sincero, irónico y con humor, que un periodista no es precisamente lo que más le gusta. -¿Cómo lleva las promociones de las películas? -Lo hago porque está en el contrato. Porque de las cosas desagradables que tiene la vida, los periodistas son una de ellas¿ Es difícil leer una entrevista que diga lo que he dicho o que recoja el espíritu de lo que se habló. Dices una cosa y luego, zas, el titular se queda en una frase que no tiene nada que ver. -Dice Antonio Mercero que su papel en «¿Y tú quién eres?» es de Oscar. ¿Va a por el Goya? -¿Un Goya de verdad? Ya tengo el honorífico. Me emocioné ese día con lo que se dijo y me emocionó que mucha gente me dijera que había estado muy bien lo que conté ese día. -Aquel día habló de una profesión de actor que vive muchos momentos de soledad y silencio, pero usted ha trabajado mucho. -Nunca he dejado de trabajar porque estaba infravalorado. No estaba en el lío de los buenos papeles. Y me daban lo que fuera. -¿Era como si valiera para un roto y para un descosido? ¿Se arrepiente de algunos papeles que hizo? -Es que algunos eran malísimos¿ No es lo mismo hacer El año de las luces que otras cosas que tuve que hacer. Y, sí, me arrepiento de los papeles malos que me daban. Pero yo quiero mucho a esta profesión. Los momentos más felices de mi vida los he pasado con el cine. -En esta película hay humor, amor y dolor, como dice Mercero. ¿Cómo fue esta experiencia sobre el alzheimer y la vejez? -Me emocioné al hablar en la rueda de prensa y es que hay dos cosas que me han pasado recientemente como son la muerte de mi hermana y de una sobrina. El autor de esta película ha contado muy bien cómo el personaje va perdiendo el contacto con la realidad. Es un ser que deja de ser un ser. Cómo va olvidando hasta lo más íntimo. Su nieta hace algo maravilloso. Es una soñadora, idealista, que cree que con el cariño va a hacer que su abuelo reciba vida. Abandona lo suyo, sus éxitos, y sólo quiere amar a su abuelo. -¿Le resultó difícil componer un personaje en esa situación límite? -Yo me meto en los personajes a través del guión. No creo en esos actores que dicen que inventan su papel. Para mí, en las películas, el orden es: guión, autor y actor. Mi personaje se mueve en una tragedia que está en vida cotidiana. -¿Quedó satisfecho? -Soy un pesimista conmigo mismo. No creo en mi éxito. Y tengo 24 estatuillas de esas, de premios, y siempre digo: ¿Por qué me lo han dado a mi?