OPINIÓN
Obras son amores
YA ERA HORA. De dos cosas: de que San Miguel recibiera la iluminación que merece y de que un político (política en este caso) hablara sin circunloquios, con lenguaje simple (que no vulgar), sin esconderse detrás de plazos, competencias y demás expresiones vacías que siempre usan los representantes públicos para intentar liar al ciudadano. No suelo alabar a los políticos. Si se lo merecen es peligroso porque comienzan a pensar que están por encima del bien y del mal, y si militan en la simulación, lo siento, no tengo vocación de cobista. La adulación nunca se me ha dado bien. Pero Ana Ferreras se puso a trabajar nada más llegar a la Alcaldía. Prometió aumentar el horario para visitar el templo y lo ha cumplido, aseguró que haría todo lo posible por llevar la luz al monasterio y... hechos son amores. Ahora sólo falta que la Junta cumpla sus promesas. No es por León ni por los leoneses, es por el patrimonio de todos, un bien que no tiene capitalidad.