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Presentó el disco «Vidas y venidas», once canciones llenas de vitalidad, amor, nostalgia y ritmo

Algunas lloraron como «Magdalenas»

Manuel Quijano protagonizó ayer un multitudinario concierto en su regreso en solitario

Publicado por
E. Gancedo - león
León

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Cuatro años llevaban sus seguidores esperando encontrarse con el más puro sonido Quijano, un espectáculo de música y complicidad como los que acostumbraba a practicar el trío antes de su -momentánea o no- separación. Ayer, Manuel Quijano presentaba en el León Arena y por todo lo alto su primer disco en solitario, Vidas y venidas , uno de cuyos temas, La Magdalena , no ha dejado de escucharse durante estos últimos meses en las radio fórmulas. Sus más fervientes incondicionales llenaron las dos terceras partes del coso taurino y, ellas principalmente, no dejaron de vitorear y lanzar piropos de todo tipo a su ídolo en el transcurso de un concierto en el que, además del tema ya citado -aclamado por miles de voces- no dejaron de oírse, como no podía ser de otra manera, canciones como El golfo , El formal , El arrepentido -verdaderas tesis musicales sobre estas tipologías masculinas-, Cinco letras , Te pido perdón , Esto es amor ¿, Sólo te puedo deci r, Besos con versos , Paco o la peculiar La balada del futbolista . Manolo Quijano demostró así que, además de su calidad como intérprete y compositor (es el autor de todas las letras de las canciones) y su carácter emprendedor -ha creado para la ocasión su propio sello discográfico, Rebels Music-, Quijano sigue necesitando el refrendo y el cálido contacto con su público. Por cierto que sobre el tema más conocido, Quijano había afirmado que La Magdalena es «una canción unisex para hombres y mujeres sobre las relaciones en la que te hartas de tanto llorar». «La canción habla de esos consejos fáciles y gratuitos con los que intentan ayudarte a superar algo que sólo resuelve el tiempo». También había comentado que el álbum continúa la línea que el trío inició hace ya diez años. Un sonido muy característico con el que volvieron a encontrarse las miles de personas que rieron, bailaron, cantaron -y hasta lloraron- ayer en el León Arena.