Llosa: «El cuaderno dorado trata de ilusiones perdidas»
Mario Vargas Llosa, que en noviembre de 1988 prologó El cuaderno dorado de la Premio Nobel de Literatura Doris Lessing, consideró entonces que, aunque las feministas «lo habían adoptado como manual» era, en realidad, una novela «sobre las ilusiones perdidas de una clase intelectual». El escritor peruano realizó el prólogo de la traducción al castellano de una de las obras más famosas de Lessing, editada por Círculo de Lectores, y la consideró en su día como «un libro sin héroes ni heroínas». Es «una novela ambiciosa», según Vargas Llosa, pues abarca asuntos tan diversos como el psicoanálisis, el estalinismo, la experiencia sexual, la neurosis, la guerra de sexos, la situación colonial o el racismo. «No creo que haya en la literatura inglesa moderna una novela más comprometida, según la definición que dio Sartre del término», afirmaba el autor de La ciudad y los perros , pero él mismo no entendía «por qué se hizo de esta novela una biblia feminista». Vargas Llosa subrayaba que El cuaderno dorado hablaba sobre las ilusiones perdidas de una clase intelectual que, desde la guerra hasta mediados de los cincuenta, «soñó con transformar la sociedad, según las pautas fijadas por Marx, y con cambiar la vida, como pedía Rimbaud». Las protagonistas de una de las obras más conocidas de Doris Lessing son Anna y Molly, «dos mujeres libres» pero que, según Vargas Llosa, «fracasan estrepitosamente en su empeño por alcanzar la emancipación total de las servidumbres psicológicas y sociales de la feminidad». Es una novela «sin héroes ni heroínas».