«Crémer se explica en los contrastes con los que ha cargado en su vida»

El próximo día 17 se inaugura el congreso Victoriano Crémer. 100 años de Periodismo y Literatura . Su director, el catedrático José Enrique Martínez, espera que este seminario sobre el poeta se convierta en reconocimiento de la trayectoria de un hombre sin el que no puede entenderse una gran parte de la vida cultural española de la postguerra y de la poesía social de los años cincuenta. -¿Cuál es el objetivo fundamental de este congreso? -Dar a conocer todas las facetas literarias de Victoriano Crémer. A Victoriano se le conoce fundamentalmente como periodista, de ahí que sea Félix Pacho quien abra las jornadas con una ponencia en la que se trata su influencia en el periodismo leonés. Pero, también abordaremos su poesía, su obra de ensayo o el teatro. Y, siempre buscaremos que cada conferencia vaya precedida de una que sitúe su obra en el momento cultural que se vivía entonces en España. -¿Queda alguna faceta desconocida de Victoriano Crémer? -Es muy probable. No hay que olvidar que la obra de Crémer ha sido poco seguida por la crítica en los últimos años. El congreso abordará una parte desconocida de su poesía. -¿Servirán estas jornadas como revulsivo para que vuelva a leerse la poesía de Crémer? -Me gustaría decirle que dentro de cien años seguiremos pensando en Victoriano Crémer como ahora, pero todo avanza demasiado rápido. La poesía joven busca novedades que, en cierta manera, aleja el interés de la lírica cremeniana, que sigue las notas del clasicismo poético. -Pero ¿cómo influyó Crémer en la poesía de su tiempo? -Crémer estaba traspasado por la poesía de Garcilaso, de Quevedo, Unamuno o Machado, pero además, no puede entenderse sin poetas del 27 como Cernuda, Lorca o Salinas y, más posteriormente, de Blas de Otero y Celaya. De la misma manera, la obra de Crémer tuvo relieve entre los poetas sociales. No hay que olvidar que fue Premio Nacional de Poesía en 1972 y que apareció en la Antología Consultada, en la que sólo aparecieron nueve poetas españoles. -¿Qué dimensión tiene Victoriano Crémer para León? -León, sobre todo durante la posteguerra, no se entiende sin él, sin su voz en la radio y sus columnas en la prensa. Fue la voz más escuchada y la firma más leída. Además, León aparece en todos sus libros. -¿Qué supuso Espadaña para la cultura española? -Fue la revista más importante de España entre los cuarenta y los cincuenta. Supuso el lanzamiento y apoyo a la poesía comprometida. Con Espadaña comenzó a hacerse hincapié en la importancia de una poesía más fuerte, centrada en el hombre. Además, se acercó al público español a los escritores del 27. se publicaron críticas de Juan Ramón, Hernández o Cernuda y se abrieron caminos a la nueva poesía, la de Celaya o Gloria Fuertes. Espadaña hizo que León fuera conocido fuera de su reducto. No hay que olvidar que las críticas de González de Lama eran no sólo atendidas, sino esperadas en Madrid. -Desde el punto de vista de su obra ensayística. ¿Cómo se sintió en León la publicación de «El libro de San Marcos»? 1397058884 El Libro de San Marcos generó, fundamentalmente, desasosiego. Abrió el camino para que otros comenzaran a hablar de su experiencia en la cárcel o con la represión franquista. Desde el punto de vista literario, es el ensayo más atractivo. En él, Crémer nos descubre sombras que intuíamos y se nos revela pasajes que, hasta entonces, habían estado ocultos. -Descríbame a Victoriano, su dimensión personal. -Yo era muy joven cuando me acerqué a él por primera vez y me recibió con los brazos abiertos. Es generoso y entrañable, un amigo con el que siempre he podido contar. Pero, además, está el Crémer de León, el que crea polémica. Su figura siempre ha sido fuerte y controvertida. Por eso creo que el nombre de su columna en Diario de León, Crémer contra Crémer , es tan acertada. Nos da una idea de que Crémer es una personalidad que ha tenido que cargar siempre con sus ideas y contrastes a cuestas. Es huraño y cariñoso al mismo tiempo.