Un espectacular mural de Vela Zanetti llega al Auditorio leonés

El Auditorio Ciudad de León acaba de dar la bienvenida a una espectacular -y desconocida en estas latitudes- obra del artista leonés de origen castellano José Vela Zanetti, un mural de grandes proporciones cuyo nombre es El descubrimiento del fuego . Según un comunicado emitido por el citado centro cultural, El descubrimiento del fuego «fue pintado en el año 1958 para el Hotel Tecali de México» y se trata de una gran obra mural «de tres por 9,50 metros, de técnica mixta, que fue adquirida años más tarde por un particular que hace cinco años lo trasladó a España». «Ya en el país, El descubrimiento del fuego fue restaurado y colocado sobre fibra de vidrio -continúa el comunicado-. Esta mañana (por ayer), la concejala de Cultura y Patrimonio, Evelia Fernández, ha sido la encargada de coordinar las labores de traslado del mural a una de las salas de exposiciones del Auditorio Ciudad de León; después de que éste haya quedado en depósito en el ayuntamiento de la ciudad». Pendiente de horarios «En los próximos días, El descubrimiento del fuego será colocado en la pared con el fin de coordinar el horario de visitas a la exposición. De la misma manera, el Auditorio organizará los mecanismos de seguridad para proteger este espectacular y valioso mural», informa el comunicado, que también transmite que la concejala de Cultura, Evelia Fernández, «supervisó la llegada de las dos planchas al Auditorio, donde quedarán colocadas para que sean visitadas». Aunque nacido en Milagros, Burgos, Vela Zanetti estuvo vinculado a León desde los siete años, cuando sus padres se trasladan a esta ciudad. La Diputación le otorgó una beca para estudiar en Italia y a consecuencia de la Guerra Civil española hubo de exiliarse a América, donde permaneció de 1939 a 1960. Visitó y vivió en diferentes países, tales como la República Dominicana, Puerto Rico, México, Colombia y Estados Unidos. Pintó grandes murales de temas históricos y dijo en una ocasión que su propósito como artista «fue siempre romper el esquema de superficial», de que era «sólo un pintor de campesinos».