Escritor
«Con el correr del tiempo, toda novela acaba siendo histórica»
El coautor, junto a Andreu Carranza, del exitoso «La clave Gaudí», en el que aventura qué hubiera pasado si el arquitecto hubiera sido asesinado, participa hoy en las Jornadas de Novela Histórica
En 1926, el tranvía número 30 de Barcelona atropellaba a Antonio Gaudí y acababa con la vida del más grande e imaginativo arquitecto español de su siglo. Pero, ¿qué hubiera pasado si en vez de un accidente ese atropello se hubiera proyectado conscientemente, es decir, si Gaudí hubiera sido asesinado? Esteban Martín, junto a Andreu Carranza, se atrevió con ese juego y el resultado es un libro lleno de retos. Hoy, en las terceras Jornadas de Novela Histórica de León, Martín pronuncia la charla La clave Gaudí. ¿Un Código da Vinci a la española? -¿Entendéis esta obra vuestra como «novela histórica»? -Te puedo decir que yo nunca había pensado escribir una novela histórica ni soy especialista en ella; lo que soy es un lector que se ha dado cuenta de que la mayoría de las novelas que ha leído a lo largo de su vida son históricas. Durante mucho tiempo se pensó que La Ilíada hablaba de una ciudad mítica hasta que los vestigios de Troya fueron descubiertos. Jane Austen, en Orgullo y prejuicio , nos mostraba cómo funcionaban los nudos que iban tejiendo una sociedad concreta. O Guerra y Paz , de Tolstói, un deslumbrante fresco histórico. Pretendiéndolo o no, toda novela acaba siendo histórica con el correr del tiempo, ya que abordan una realidad y un tiempo concretos. -La trama de «La clave...» se basa en una conjetura... -Partimos de la muerte de Gaudí, atropellado por un tranvía en Barcelona, y planteamos qué hubiera pasado si aquello hubiera sido un asesinato, no una muerte accidental. -Y a partir de ahí se desarrolla una historia paralela al devenir histórico que conocemos. -Sí, pero con cosas que van encajando. Por ejemplo, si unimos con una línea las siete grandes creaciones de Gaudí en Barcelona, nos sale la Osa Mayor. Vamos viendo que Gaudí nos quería decir algo, y María, la nieta de aquel niño que acompañaba a Gaudí y que era el último depositario de su secreto, ha de averiguar qué era. -¿Ese niño existió en realidad? -No. Nosotros partimos de un suceso histórico como fue la muerte del arquitecto, y de unas circunstancias históricas concretas, y a partir de ahí surge la imaginación y la trama. También hay unos malos malísimos, una profecía... -¿Y en esa trama, quién acaba siendo Gaudí? -El maestre de una antiquísima orden, pero eso es ya mucho desvelar... Aunque en ningún momento hemos querido crear una novela esotérica, queremos hacer ver el enorme simbolismo que hay en los edificios de Gaudí, darle un sentido, hacer que la gente vea esas creaciones con una mirada nueva. -Las obras de Gaudí fascinan a gentes de todas las latitudes. -Sí, y es que este arquitecto era un místico. Fíjate que se pasó 43 años metido en su Sagrada Familia, absorto en ella, en la Barcelona de los años veinte, con todo aquel ambiente: pistolerismo, anarquistas, la Mancomunidad Catalana, la dictadura de Primo de Rivera... En el libro aparece además una japonesa experta en modernismo, estableciendo así una relación entre dos mundos. Gaudí fascina mucho en Japón, quizá por la gran importancia que daba al mundo artesanal, como en aquel país. -¿Cómo es eso de escribir a cuatro manos? -Es como tocar el piano, Andreu toca las teclas blancas y yo las negras... no, lo importante es tener claro el guión. Ahora preparamos otra novela juntos, y después haremos una Hora: 20.00. Lugar: salón de actos del Ayuntamiento.