El cine pierde a Deborah Kerr, uno de los grandes mitos de Hollywood
Deborah Kerr, protagonista de filmes tan conocidos como El rey y yo , junto a Yul Brynner, o De aquí a la eternidad , en la que protagonizó con Burt Lancaster uno de los besos más famosos de la historia del cine, ha muerto a los 86 años de edad. La actriz británica, a la que se diagnosticó el mal de Parkinson hace unos siete años, falleció el martes en Suffolk, en el sureste de Inglaterra, según informó ayer su agente. Seis veces candidata al Oscar a la mejor actriz, consiguió finalmente en 1994 uno honorífico de la Academia de Hollywood. Nacida en 1921 en Escocia, Kerr era el prototipo de la belleza femenina británica, que uno asocia a menudo con el té y las pastas de las cinco y las viejas mansiones rodeadas de impoluto césped. Sin embargo, era una actriz muy versátil, y la fogosa sensualidad que exhibió en De aquí a la eternidad , de Fred Zinnemann, destapó otra faceta de su personalidad. La intérprete, que estaba casada en segundas nupcias desde 1960 con el novelista y guionista Peter Viertel, y deja dos hijas y tres nietos, pasó muchos veranos en la localidad alpina de Kloster (Suiza) e inviernos en Marbella (España), que ha anunciado que decirá una calle a la actriz. Sin embargo, cuando se agravó su estado mental por culpa del Parkinson regresó a Inglaterra para estar más cerca de los suyos.