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Nacido en Barruelo, permaneció 23 años en la cárcel y fue condenado a muerte dos veces

«Brosio» lleva su visión de los trágicos abismos de la tierra a Caja España

El veterano pintor palentino, de 82 años, relata la vida y los trabajos de los mineros

Inauguración de la exposición del artista Brosio en el Centro Cultural de Caja España en León

Publicado por
Marcelino Cuevas - león
León

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Brosio , Ambrosio Ortega, es un pintor palentino que tiene tras de sí una larga historia de luchas y penalidades. Durante su azarosa vida ha retratado la lucha minera en la que participó activamente, lo que le llevó a estar condenado a muerte. A sus 82 años, Brosio no puede pintar. Tras haber sufrido importantes problemas de salud, como dos infartos cerebrales, glaucoma y cataratas, no pierde la esperanza de volver a coger los pinceles. «Estuve en coma -dice el veterano artista- y posteriormente tuve un largo tiempo de rehabilitación y recuperación. He pintado con dificultad hasta hace tres o cuatro años, desde entonces la falta de visión me impide totalmente hacerlo. Espero operarme pronto y volver a empezar. Pintar para mí es una ilusión y en este momento sufro porque no puedo hacer lo que de verdad quiero». Para Brosio, que ha realizado múltiples exposiciones y que ha inventado durante sus años de cárcel una nueva técnica de acuarela, esta exposición, la que ayer se inauguró en el Centro Cultural de Caja España, es muy importante, puede significar un empujón para volver a sentirse artista, volver a ser un creador en plena actividad. «Esta exposición -explica- es por una parte expresionista y por la otra totalmente moderna, porque se mantiene en contacto con la sociedad contemporánea. Su constante más significativa es la línea aerodinámica. En la vida actual la línea aerodinámica se ha impuesto en todos los aspectos». Brosio nació en Barruelo de Santillán en 1925. La Guerra Civil marcó profundamente su vida. A los 17 años comenzó a trabajar en la mina e inició actividades políticas como enlace de sus hermanos en la guerrilla. Fue detenido en 1947 y sufrió veintitrés años de encierro, con dos penas de muerte conmutadas. En 1970 recobró la libertad y se volcó en una intensa actividad artística y política, a la vez que trasladaba su pintura de la celda a la libertad. «Es y se siente minero» Gerardo Blanco, el coordinador de la muestra, explicaba la pintura de Brosio: «En sus cuadros se repiten los temas de la cárcel, hay que recordar que él pasó en ella más de veinte años de su vida. La mina protagoniza su obra, porque Brosio es minero y se siente minero. Él conoce de primera mano los distintos oficios de las negras profundidades, el picador, el entibador¿ conoce las vetas de carbón y también el peligro del grisú. Brosio, a partir de gestos, de figuras, de rostros, muchas veces con el sello de la tortura, muestra su visión del ser humano, del hombre y la mujer dolientes. A través suyo envía un mensaje ácido y a la vez profundo, aunque siempre se encuentra en sus obras una chispa de esperanza si se contemplan con detenimiento». El crítico de arte Julián Alonso resume su pintura y figura: «La mirada de Ambrosio Ortega, tamizada por tantos años de encierro, es una mirada introspectiva, hacia un universo hecho de recuerdos y sensaciones que el tiempo ha ido tamizando dolorosamente, y ha dotado de una luz extraña y fantasmal que los pinceles del artista tratan de aprehender sobre la superficie del cuadro con la convicción de quien está seguro de su mensaje y trata de comunicárselo a los demás». Horario: laborables de 19.00 a 21.00, festivos de 12.00 a 14.00. Calle Santa Nonia, 4.

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