Defienden que la llegada de los árabes en el siglo VIII «no fue una conquista»
La historiadora de la Universidad de Barcelona Dolors Bramon considera que el proceso de islamización del siglo VIII «nunca fue una conquista», puesto que la población autóctona, que era inmensa mayoría, «se animó y se unió a aquella cultura, entonces superior». Bramon sostiene que cuando llegan los árabes en el siglo VIII «la proporción es tan desigual, que sin contar con la colaboración de la población que vivía en el territorio no habría podido triunfar el Islam». En relación con el legado islámico, Bramon explica que los restos de aquella presencia «serían abundantes si no hubiera ocurrido la hecatombe de la Inquisición». En el siglo XV, recuerda, se instaura este organismo de persecución de disidentes respecto a los Reyes Católicos y a partir de aquí la propia población intenta ocultar y disimular cualquier reminiscencia de ese pasado islámico, «porque te jugabas la vida». La historiadora de la Universidad de Barcelona afirma con rotundidad: «Se puede decir que muchos de nuestros antepasados fueron musulmanes, lo cual no quiere decir que tuvieran sangre árabe, porque vinieron muy pocos».