Oregon hizo vibrar al público que llenó el Auditorio de Caja España

Una curiosa síntesis de instrumentos clásicos europeos, armonía jazzística e influencias de todos los países fue lo que anoche ofreció la prestigiosa banda de jazz norteamericana Oregon en el primero de los tres conciertos del ciclo Otoño Jazz, que la entidad bancaria ha programado en León, Zamora, Ponferrada, Palencia y Valladolid. Ralph Towner (guitarra y piano), Paul Mccandless (oboe y clarinete), Glen Moore (bajo) y Mark Walker (batería), recorrieron los estilos más dispares porque todos ellos son poli-instrumentistas provenientes del Paul Winter's Consort, que crearan el grupo en 1971, con la intención de ampliar el concepto que ya habían tanteado con este, añadiendo influencias de las músicas de cámara occidentales, aportaciones de las músicas tradicionales y, particularmente, de las tradiciones orientales (no en vano Colin Walcott era un experto en sitar y tabla india). No en vano su disco Winter light (1974) supuso la inclusión del grupo en las listas de jazz de todo el mundo. 35 años sobre los escenarios dan medida de la extraordinaria categoría de estos fenomenales instrumentistas a los que ya no acompaña Colin Walcott, que dejó su vida en una carretera de Arizona. Después de lo visto y escuchado anoche en León, no es de extrañar que su influencia a lo largo de los años 70 haya sido decisiva para las generaciones posteriores. Su afán para encontrar nuevos colores a la improvisación, sin caer en las manidas comercializaciones potenciando el sonido y la creación de ambientes intimistas los han hecho únicos y hoy por hoy es difícil que su prestigio sea minado por otros grupos similares. Si durante estos 35 años Oregon se ha mantenido como una referencia absoluta, a juzgar por la vitalidad de sus componentes y la variedad de temas, aún tienen cuerda para largar durante algunos años más. Un gran concierto de inauguración que entusiasmó al respetable.