La diócesis trabaja ya en el plan de seguridad que firmará con la Consejería de Cultura en el 2008
El Obispado traerá a León cientos de piezas de iglesias abandonadas
El plan se aplicará en los pueblos que quedan desiertos durante los meses del invierno Duran
El responsable de Patrimonio del Obispado de León, Máximo Gómez Rascón, ha explicado que la diócesis pondrá en marcha un proyecto para resguardar las obras de especial valor que acogen las iglesias de los pueblos que cada invierno quedan deshabitados. Este plan prevé el traslado de piezas de especial valor -con toda probabilidad al Museo Diocesano- para evitar con ello que resulten expoliadas. «El Obispado ha decidido tomar esta decisión ante la inquietud provocada por los últimos robos», ha declarado Máximo Rascón. Esta medida comenzará en aquellas localidades que, por sus condiciones geográficas, distancia y escasez de población, resultan más «atrayentes» para los saqueadores. Gómez Rascón prefiere no precisar de momento las iglesias que quedarán bajo el amparo de este proyecto, pero asegura que no es una iniciativa tomada a la ligera, sino el fruto de un estudio realizado a tenor de los últimos sucesos acaecidos en la provincia. «Hay pueblos que quedan totalmente desiertos durante los meses del invierno. Además, en muchos casos, sus iglesias no disponen de ninguna medida de seguridad, y ni siquiera tienen luz, con lo que no pueden instalarse sistemas de alarma. La realidad es que resulta demasiado fácil irrumpir en ellas y sustraer el patrimonio religioso», explica. Instalación de alarmas Por otro lado, Máximo Gómez Rascón se felicita del acuerdo que firmará el Obispado de León con la Junta de Castilla y León el próximo año para la protección de los templos. La consejera de Cultura, María José Salgueiro, anunciaba este compromiso la semana pasada, y precisaba que el plan contempla la instalación de medidas de seguridad -como alarmas y cámaras- en aquellas iglesias que atesoran piezas de especial valor. El responsable del Obispado añade que prepara en estos momentos un estudio en el que se mostrarán las zonas e iglesias en las que -bien por su situación o por las piezas que custodian- resulta más perentorio desarrollar la iniciativa. Aunque aún no se ha concluido, Gómez Rascón destaca que la prioridad de la Diócesis es sin duda la que acoge el valle del Esla. En las iglesias de pueblos como Toral, Villacé, Villamañán, Valencia de Don Juan o Villademor existen piezas de orfebrería, retablos y esculturas de incalculable valor artístico y patrimonial. En todo caso, hace hincapié en el hecho de que el compromiso firmado con la Delegación del Gobierno ha incrementado de manera notable la seguridad en los templos. El director del Museo Diocesano enfatiza que la vigilancia de las fuerzas de seguridad del Estado es mucho más notable que en años anteriores. «Tenemos la constancia de que la Delegación ha avisado en algunos casos y los agentes de la Guardia Civil han recibido referencias puntuales», asegura. Miles de piezas de arte robadas en iglesias, ermitas y monasterios de León adornan salones de coleccionistas privados y museos de todo el mundo. El número es un misterio, tan imposible de calcular como los «tesoros» que guarda León y que, según algunos expertos, supera la cifra de 20.000. Aunque el paradero de algunas obras de arte expoliadas a León es conocido, resulta prácticamente imposible iniciar un pleito para lograr su devolución, porque fueron vendidas «legalmente» por quienes las tenían bajo su tutela. El patrimonio leonés ha estado en el punto de mira de los traficantes de arte durante décadas. El conocido ladrón Erick El Belga confesó que León era un auténtico paraíso para robar. En esta provincia llegó a saquear decenas de iglesias y ermitas en busca, principalmente, de tallas y pinturas góticas y románicas -su especialidad-.