En este ránking de monumentos abandonados figuran ya seis edificios históricos de León
Santa María de Trianos ingresa en la lista roja de Hispania Nostra Nueve siglos han caído en el olvido
Las ruinas del monasterio ubicado en Villamol coexisten con una explotación agraria
El monasterio de Santa María de Trianos, en Villamol, ha ingresado en la lista roja de Hispania Nostra por «su estado de abandono» y porque «las ruinas coexisten con una explotación agrícola». Con este monumento son ya seis los edificios históricos de León que figuran en el ránking de esta institución -el brazo español de Europa Nostra-. Hace apenas un mes accedía también a la lista el castillo de Villapadierna. El monasterio de Santa María de Trianos, cuya construcción se remonta al siglo XII, se encuentra en una de las zonas más deprimidas de la provincia, en la ribera del Cea. El ránking, pese a que recientemente fue minusvalorado por el director general de Patrimonio de la Junta, Enrique Sáiz, delata que León es una de las provincias con más monumentos en peligro. Hay que decir que de los seis que han desatado la alarma en Hispania Nostra -los dos citados, así como do joyas medievales del Bierzo: el monasterio de San Juan de Montealegre (del siglo XII) y el castillo de Sarracín, en Vega de Valcarce; el monasterio de San Pedro de Montes (siglos VII-IX); y el Palacio del Conde Luna, en León- éste último está siendo rehabilitado por el Ministerio de Cultura, que ha destinado 2,5 millones de euros. Los inicios del monasterio se remontan al siglo XII, durante el reinado de Alfonso VIII. El fundador fue Tello Pérez de Meneses, que lo cedió a los canónigos de San Agustín. Su decadencia comienza en la primera mitad del siglo XV. En 1519 se estableció una comunidad de dominicos, dedicados a la enseñanza de Humanidades, Filosofía y Teología. Su final se produce con la desamortización de 1835. El complejo de Trianos se encuentra circunscrito en un rectángulo de unos 250 por 150 metros, que posiblemente siga las trazas de la primitiva cerca monástica. En la actualidad, la única construcción parcialmente conservada es la iglesia, a la que se adosan varias construcciones recientes que enmascaran la obra primitiva. Las bóvedas se encuentran hundidas, pero la cabecera conserva todavía alzados importantes. Las restantes edificaciones se encuentran prácticamente arruinadas. Existen restos de salas monásticas, que conservan decoración mural, alguna de las cuales pudiera identificarse como la sala capitular.