Gerundio «Aquí, como no seas Bardem, no puedes elegir una carrera»

«DEPRISITA, que es gerundio», se le escapaba la otra tarde a una dinámica presentadora de televisión. No diremos su nombre: nos limitaremos a llamarla Gerundia de Campazas, en sentido homenaje al dieciochesco Padre Isla, con la salvedad de que el predicador objeto de chanza, al menos, sabía lo que era un gerundio. Es posible que la mayoría de los lectores menores de treinta años no tenga ni idea de qué estoy hablando, a juzgar por el último Informe Pisa sobre la educación en España, tan desolador como de costumbre. Da igual: señalemos, simplemente, que «deprisa» no es gerundio. La comunicadora en cuestión, sin embargo, sí es comunicadora. O sea que aquí comunica cualquiera, como aquella otra dama que, hace pocos meses, nos instaba en otro programa de tarde a «no confundir churros con meninas». La televisión se ha llenado de analfabetos ya no funcionales, sino estrictos. Como por azar, esta misma semana la Asociación de la Prensa de Madrid y el Colegio de Periodistas de Cataluña se ponían de acuerdo para publicar un manifiesto donde critican la precarización de la profesión, denuncian los bajos salarios que afligen a la mayoría de los colegas y, como guinda, apelan a la responsabilidad de los editores -o sea, las empresas- para rectificar esta situación, porque no es posible informar libremente si uno tiene encima la amenaza del despido implacable. Aquí hay dos cosas que conviene subrayar. La primera es que esto que pasa en el periodismo ocurre también en otros oficios. La clave del asunto es que, de veinte años a esta parte, las facultades españolas han «producido» muchísimos más periodistas de los que el mercado laboral puede absorber, de modo que es bastante fácil encontrar a alguien que haga el mismo trabajo que tú por menos precio. Esto no obedece propiamente a un fenómeno de «precarización», sino que ésta es consecuencia de una dinámica muy habitual en el mercado. Pero el segundo aspecto que conviene subrayar sí conduce directamente a la «precarización», y no sólo en lo económico, sino también en la calidad del trabajo, y se trata de lo siguiente: si los canales de televisión -porque son sobre todo ellos- prescinden de cualquier criterio profesional periodístico y ponen todos los huevos en la cesta del espectáculo, lo más lógico es que los periodistas se conviertan en una especie de lumpen-proletariado de la tele, con cometidos de segunda clase, sueldos de tercera y, además, intercambiables unos por otros, con la salvedad de los «rostros» que otorgan imagen de marca a la casa. Ser periodista hoy no es fácil para nadie, pero serlo en la tele es, además, un calvario. Y eso, la tele, está dañando muchísimo al periodismo en general. («Dañando», por cierto, sí es gerundio). Pepón Nieto, el becario de Periodistas , ha sabido madurar en la interpretación. Desde aquel título saltó al cine y al teatro -recibió el Premio Ercilla por su trabajo en la obra La cena de los idiotas - mientras se mantiene entre el trío protagonista de Los hombres de Paco . La exitosa serie de Antena 3 vuelve en enero con tramas que refuerzan su mezcla de humor, acción e la intriga, y con nuevos nombres en el reparto, entre los que figuran la modelo Laura Sánchez. Nieto no reniega de su suerte como actor, pero reconoce que es muy difícil en España elegir una carrera. En la cadena de Planeta continuará combinando la serie con su tarea de introductor en los reportajes agrupados en el título Punto Doc . -¿Qué novedades traerá Los hombres de Paco ? -Se desarrollará la historia que quedó abierta en el último capítulo, cuando todos los personajes caen al suelo dormidos. Todos los personajes siguen su evolución, y el mío tiene una relación ahora que le trae por la calle de la amargura. -No hay actor que se precie que no tenga una serie de televisión... -La verdad es que da de comer a todo el mundo porque hay muchas cadenas y demanda. -¿Qué le parecen las series españolas? -Hay buena y mala televisión. Todavía nos falta quitarnos muchos tabúes y complejos en el lenguaje y los temas que se tocan. La televisión británica está mucho más adelantada y hacen series en las que la protagonista es una vendedora de marihuana; hay otra donde todos son gays y se relacionan sin problema. Aquí ese tipo de televisión está a años luz. No se corren esos riesgos, aunque el nivel español es bueno, con buenos profesionales. -¿Qué títulos destacaría? -Además de la nuestra, a mí me ha gustado mucho Herederos (TVE-1), pero ¡fíjate!, es una serie muy clásica, todo un culebrón, pero bien hecha. 1397058884 Los hombres de Paco , como otras series, se enfrentarán en enero a más competencia. No está el éxito garantizado a pesar de la veteranía del producto... -Ahí estamos. Por lo menos mantenemos el mismo nivel de siempre, con guiones muy trabajados. Seguimos con la misma ilusión, sin relajarnos. No es bueno pensar que todo está hecho o vendido; hay que captar al espectador como el primer día. -Usted no empezó en la interpretación por una cuestión puramente vocacional. ¿Cómo fue? -Empecé a hacer teatro con unos colegas sin saber lo que me gustaba. No sentí esa llamada, pero empecé a pasármelo bien. El amor a este trabajo vino luego, estando en el escenario. -Creo que su sueño es hacer el papel de Yago de Otelo ... -Sí, porque como siempre hago de bueno, me gustaría dar vida a este personaje más perverso. -¿Le ha dado mucho la televisión? -Antes, un actor de prestigio no quería hacer televisión, y ahora es todo lo contrario: si haces televisión te conviertes en un personaje conocido y da pie a que puedas hacer cine. -Usted también hace cine, pero da la impresión de que es difícil encontrar buenos papeles en la pantalla grande. -Ni en cine, ni en televisión ni en teatro. Es muy difícil que un actor de este país, excepto intérpretes como Javier Bardem, puedan elegir guiones y hacer una carrera. Aquí haces aquello para lo que te van llamando y trabajas como un currito más. Muy pocas veces he tenido dos guiones en la mano para decantarme. -¿Qué actores han sido su referente? -Sobre todo los secundarios mayores que han sido capaces de afrontar cualquier personaje y fueron todo terrenos. no borrar