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El Invento del Maligno | Entrevista | Gemma Giménez |

Pianista «La televisión requiere mucha concentración»

Es «la nueva mala» de «Yo soy Bea»

Publicado por
José Javier Esparza Ch. L. Monjas - colpisa

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La 2 estrenaba este jueves un programa musical. No, no es lo que usted piensa: es sobre música pop. Se llama «No disparen al pianista», frase que, según la leyenda, ornaba letreros en los bares del oeste americano para que la música siguiera aunque hubiera bronca. Esto de La 2 lo presenta Ruth Jiménez y lo dirige Santiago Rodríguez Villasante -que viene de Miradas 2 - con Ana Mazuecos y Santiago Alcanza. El lema del programa es «música para todos y actuaciones en directo». Lo primero no es verdad; lo segundo, sí. No disparen está bien hecho y viene muy bien presentado: tiene un ritmo animado, pero sin trepidación; las introducciones de artistas se acompañan de buenos textos y reportajes interesantes; las actuaciones en directo (en el estreno, por ejemplo, Juanes y Diana Navarro) enriquecen muchísimo la propuesta. Es, en definitiva, un buen programa de música pop. Su primera cifra de audiencia ha sido una catástrofe sin paliativos: una cuota del 2,8%, que equivale a menos de medio millón de personas, y eso a las 22,30 de la noche. ¿Qué les pasa a los musicales, que ya no funcionan? En la vieja TVE, la del canal único, hubo programas musicales que terminaron haciéndose legendarios: cosas como Aplauso , que en su día no dejaron de cosechar críticas negativas, parecen con ojos de hoy meritorios esfuerzos por dinamizar la creación musical pop, y eso por no hablar, en un registro distinto, de La edad de oro , aquello que hacía Paloma Chamorro en La 2 y que se convirtió en el faro de la «movida». En los últimos años, sin embargo, todos los programas musicales han desembocado en otros tantos fracasos. Aquel Séptimo de caballería que presentó Miguel Bosé en la TVE del aznarato fue un completo fracaso. Luego vimos al finado Joaquín Luqui en La tierra de las 1.000 músicas , en La 2, en una buena historia del pop español que, sin embargo, apenas atrajo a nadie. Hemos visto también a otro clásico, Ordovás, dirigiendo iPop igualmente en La 2 (lo presentaba La China Patino), y siempre entre la general indiferencia. El único programa musical que ha conseguido convertirse en un fenómeno ha sido Operación triunfo , es decir, precisamente el programa que menos tenía que ver con la música pop que efectivamente se estaba haciendo en España y que, al revés, ha servido para que los nombres procedentes de este concurso colonicen el mercado. Quizás ocurre que el pop, desde hace mucho tiempo, ya no necesita a la televisión, porque se difunde por otras vías, y por eso su público potencial ni se molesta en prestar atención cuando aparece un programa como No disparen al pianista . En todo caso, no es un mal programa. Lleva año y medio en antena y continúa conquistando a la audiencia vespertina de Telecinco, donde cada día registra una cuota de pantalla superior al 30%. Yo soy Bea tiene el favor del público y la privada, que abrió una vía en este género trasladando con éxito a nuestro mercado el culebrón colombiano Yo soy Betty, la fea , no ha puesto fecha de retirada a este popular serial que está a punto de alcanzar los 350 capítulos. Plataforma para sus protagonistas, la versión española no quiere perder tirón, por lo que crea nuevas tramas y amplía la nómina de su reparto, al que se acaba de incorporar Gemma Giménez, que colaboró en las también propuestas de ficción Hospital Central y El auténtico Rodrigo Leal . La actriz almeriense recupera el papel de Estela Molinero, una periodista del corazón contratada por Diego para dar un giro amarillista y sensacionalista a la revista Bulevar 21 . -Ya lleva una semana en la telenovela ¿Cómo se ve? 1397058884 Los primeros días me tapaba los ojos. Me impone mucho verme en la pantalla. Soy muy, muy perfeccionista, siempre pienso que podía haberlo hecho de otra manera. Pero tampoco es cuestión de flagelarte... -Su personaje apareció en varios capítulos en verano ¿por qué decidieron recuperarlo? -Fue toda una sorpresa que me llamaran. Pensaron en rescatar a Estela porque les apetecía contar conmigo y porque querían que el personaje creciera, que fuera la nueva mala de la serie. -Polémica, sofisticada, amoral y conspiradora ¿quién responde a este perfil? -Estela Molinero. Esta mujer me encanta porque se ha currado, con métodos más o menos dudosos, el puesto que tiene. Lo que yo me he preguntado es por qué es tan mala, y, aunque no tengo respuesta, pues me he inventado una serie de circunstancias para esta mujer que, en realidad, es un arquetipo. Estela es malísima. -La misión de Estela es... -Escribir reportajes muy morbosos para que la revista se venda mejor y fastidiar todo el tiempo a Bea y Alvaro. Lo que no voy a desvelar es si lo consigue o no. -Dicen que estamos en unos tiempos dominados por el morbo, el amarillismo y el todo vale. -El que tiene una carrera sólida no tiene que hacer montajes ni vender exclusivas. -¿Ha notado ya el poder que tiene la televisión? -Eso me da mucho miedo, no me lo puedo ni imaginar. Ser conocido forma parte de esta profesión, pero no veo que interés puedo tener yo para tener paparazzis a la puerta. No creo que lo llevara muy bien, la verdad. -Llega a una serie consolidada, avalada por unas cifras que imponen. -Da un poco de vértigo y también es una tranquilidad, no tienes la tensión de mirar las audiencias todas las mañanas. Algún día llegará al final, pero sigue porque sus guiones están muy bien escritos, los personajes están bien desarrollados y la gente se identifica con sus protagonistas, tanto los guapos como los feos. -Los culebrones se caracterizan por alargar sus tramas. En ocasiones tiran tanto del hilo que se rompe. -Creo que la serie se está reinventando muy bien y que Yo soy Bea llegará a buen puerto y toda España verá a Bea guapa. -¿Es su personaje un sustituto al que hacía Ana Millán? -No, el mío es mucho peor porque es generar el mal por el mal. 1397058884 Es de las pocas que no se queja del ritmo televisivo. -Esa es la parte negativa. Los protagonistas hacen más de doce horas al día, pero compensa cuando te sale bien la secuencia. Lo bueno y lo malo del medio es su rapidez, porque tienes que resolver en tiempo muy limitado y eso es un reto muy excitante. La tele requiere mucha concentración y necesitas de una disciplina. Te enseña mucho porque sales de la escuela, te metes en una grabación y vas pillando trucos.

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