Diario de León

| Entrevista | Paul Badura Skoda |

«Mi especialidad no es el pianoforte sino hacer hablar a la música»

El que es uno de los más importantes músicos de nuestro tiempo se encuentra desde hoy en León para impartir un selecto curso de interpretación en la Fundación Eutherpe

Paul Badura Skoda ofrecerá un gran concierto el día 14 de este mes en el Auditorio Ciudad de León

Paul Badura Skoda ofrecerá un gran concierto el día 14 de este mes en el Auditorio Ciudad de León

Publicado por
Miguel Ángel Nepomuceno - león
León

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Considerado como el mayor especialista en Mozart, Paul Badura Skoda es uno de los más importantes pianistas de nuestro tiempo. Desde el Carnegie Hall de Nueva York al Golden Hall del Musikverein de Viena, Skoda ha recorrido las más importantes salas de conciertos del mundo, siendo aclamado por crítica y público de forma unánime en los cinco continentes. Alumno del mítico Edwin Fischer y artista dilecto de Furtwängler y Karajan, mantiene a sus 80 años una envidiable vitalidad que le lleva de continuo a recorrer los países y las culturas más diversas. Badura ha vuelto por cuarta vez a León para impartir, desde hoy, un selecto curso de interpretación pianística en la Fundación Eutherpe a alumnos destacados y profesores de distintos países. El próximo día 14 ofrecerá en el Auditorio de León un denso y variado programa con obras de Bach, Beethoven, Martin y Schuman. -Recientemente ha grabado varios discos con obras de Mozart en las que ha mantenido la cadencia original del autor de «La Flauta Mágica». -En efecto. Mi empeño inquebrantable es concluir los registros de toda la obra para piano del salzburgués y para ello volver a grabarla con la cadencia suya, que se parece mucho a la mía. Para mí es muy importante ya que desde hace cuarenta años no las he vuelto a registrar y creo que ahora están muy mejoradas. -En el concierto de León del próximo día 14 encontramos una obra escrita para usted por Frank Martin sobre el flamenco, que lleva por título «Fantaisie sur des rythmes flamenco, dédiée à Paul Badura-Skoda». -Es un largo programa en el que incluyo una obra de mi amigo y gran compositor francés Frank Martin, que es uno de los mejores autores del siglo pasado con oratorios, sinfonía, óperas... y que tuvo la gentileza de dedicarme esta obra sobre el flamenco. Para mí, conocerle y descubrir junto a él su trabajo de creación ha sido impactante en mi vida. La compuso de tal manera que se adapta a mi manera de tocar y de entender la música como un sastre cuando te hace un traje a la medida. Así lo logró él con esta soberbia obra. Tenía 83 años cuando escribió esta obra para mí. Murió al año siguiente, en 1974. -Usted comenzó al lado de grandes mitos del teclado como su maestro Edwin Fischer y los grandes directores Furtwaängler y Knappersbuch. ¿Qué recuerda de ellos? -Furtwängler me oyó siendo yo muy joven y enseguida me contrató para tocar con él en Salzburgo. Era un director único que extraía a sus orquestas sonidos también únicos. Sabía encontrar en cada obra la esencia de lo inasequible y hacer con ella poesía. Sus grabaciones todavía lo muestran como un director inalcanzable. Aún recuerdo la Serenata para 13 instrumentos de viento dirigida por Furtwängler en Berlín. Tenía una limpieza y una pureza extraordinarias. Nunca la olvidaré. Con Knappersbuch la cosa fue algo más lenta. Me observó, me miró con esa mirada profunda y seria como diciendo ¿quién es este joven pianista?, pero tras escucharme se puso muy contento y me invitó a tocar en su casa. Le gustó mucho y me llamó para a tocar con él varias veces los conciertos de Mozart en Viena y Salzburgo. Me produjo mucho dolor su muerte. -Siempre me ha llamado la atención cómo intérpretes como Glenn Gould extraía esas sonoridades delgadas con un piano actual. -En efecto, y con magníficos resultados. De ahí el que yo continúe tocando las obras de Mozart, Haydn o Bach en las grandes salas o en los estudios de grabación. Es curioso que mi primer registro de las sonatas de Mozart se hizo con un Bössendorfer como el del Auditorio, excepto para las primeras, en las que utilicé un Steinway. Respecto a Glenn Gould, al que conocí personalmente, tengo que decir que él nunca entendió a Mozart, sólo con Bach tuvo algo más de éxito al imitar el clavecín con un piano moderno. -¿Y la velocidad? -El carácter de las notas se alteró al aumentar la velocidad, de ahí que hubiera que escribir más notas, y ese es el sentido de la ornamentación. Algo que fue desapareciendo poco a poco siendo Chopin el último compositor que escribió de esta forma. -¿Qué otras diferencias existen entre la digitación de un fortepiano y un pianoforte? -En el fortepiano hay que tocar con menos fuerza en el antebrazo, por eso lo más importante de todo, al tocar con ese instrumento, es la articulación de los dedos, ya que de ellos brota la música. Hay un hecho poco conocido y es que después de tocar en el pianoforte, que posee una sensibilidad mayor, pasar al piano moderno es mucho más fácil, se controla mucho mejor. -¿Se puede decir que Badura Skoda está especializado en el pianoforte? -Son pianos que en la primera audición no dan la riqueza ni la fuerza ni el volumen de un piano moderno, que tiene un sonido menos redondo. Sin embargo, su sonido es más preciso, con más armónicos, y su teclado mucho más ligero. La primera vez que uno toca en un piano antiguo siente que la motricidad fina no está desarrollada, que uno es demasiado rudo. Pero poco a poco te acostumbras. Y cuando traslada la técnica al piano moderno sólo son ventajas. No soy especialista ni en uno ni en otro piano. Mi especialidad es hacer hablar la música. -Otra de las facetas de usted, que parece un hombre del Renacimiento con dominio de seis idiomas y un conocimiento enciclopédico del piano, es el ajedrez, materia en la que goza de fama entre los maestros por las derrotas espectaculares que ha infringido a alguno de ellos. De hecho, el Torneo Magistral Ciudad de León le ha invitado para que en 2009 realice la jugada inaugural. -Últimamente he jugado poco. Desde la muerte de mi amigo John Owen me siento menos atraído por el juego ciencia. Que León sea la ciudad del magistral más famoso del mundo es fantástico y veinte años produciendo el mejor ajedrez todavía más. Estaré en el torneo leonés para el 2009. Enhorabuena y que sean otros veinte años. -La Fundación Eutherpe continúa fiel a Badura Skoda y cada dos años usted está presente en León impartiendo cursos para alumnos aventajados y profesores, lo que es un lujo para cualquier institución y para cualquier pianista. -Gracias a la gentileza de Margarita Morais, cada dos años vuelvo a León y lo hago con todo el cariño hacia la Fundación Eutherpe y hacia esta ciudad, a la que siempre me ha unido una profunda admiración por el nivel de sus alumnos, por la calidad y la sensibilidad de sus gentes que siempre me han acogido con los brazos abiertos. Además tocar en ese excelente auditorio siempre me resulta gratificante.

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