Este mes se incluyó en el mismo ránking el monasterio de Santa María de Trianos, en Villamol
Santa María de Nogales ingresa en la lista roja de Hispania Nostra
El monasterio del siglo XII que llegó a ser «El Escorial de Castilla y León» corre riesgo de hundirse
Un monje cisterciense dijo que Santa María de Nogales fue El Escorial de las tierras castellanas y leonesas. Hoy está en ruinas, completamente abandonado y sufre riesgo de hundimiento y expolio. El Ayuntamiento de San Esteban de Nogales lleva años pidiendo a la Junta un plan director para este edificio del siglo XII y la consolidación de las ruinas. Sólo la asociación Promonumenta se ocupa eventualmente de limpiarlo de maleza. Prueba del abandono es el último robo de un arco completo que alguien se llevó el año pasado piedra a piedra. Hispania Nostra acaba de incluirlo en su lista roja, justo unos días después de que en el mismo ránking ingresara también otro monasterio leonés, el de Santa María de Trianos, en Villamol. León ya tiene siete destacados monumentos en esta lista, a la que el director general de Patrimonio de la Junta, Enrique Sáiz, se niega a dar valor. Lo cierto es que a excepción del Palacio del Conde Luna, que pronto podría salir de la lista, el resto, como otros muchos monumentos de la provincia leonesa llevan años o siglos sin percibir un euro de la Administración. Aunque el monasterio de San Esteban de Nogales quedó deshabitado en la época de la Desamortización, fue hace cuatro décadas cuando se aceleró una ruina que ha acabado por desmantelar el monumento. El ayuntamiento regularizó en el 2003 la propiedad de las ruinas gracias a la colaboración de los vecinos, pasando éstas a ser de titularidad municipal. La historia del monasterio se remonta al año 1150. En esa fecha Doña Sancha Ponce de Cabrera y su marido, Vela Gutiérrez, donan al abad de Moreruela unos terrenos en la zona de Nogales para erigir un cenobio. Según José Dionisio Colinas, uno de los mayores estudiosos del convento, la importancia de la abadía fue cultural y material: «Sus riquezas y donaciones eran tan grandes que no se sabía con exactitud hasta dónde llegaban sus dominios». Si la Junta no interviene, dentro de unos años no quedarán ni las ruinas del que fue el gran monasterio de Castilla y León.