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Rogelio Blanco, director general del Libro, elogió la calidad artística y literaria de la obra

José María Merino traduce a palabras las «Visiones» del pintor Juan Martínez

Nueva Comunicación quiere hacer de esta monumental obra su más completo «buque insignia»

Portada del libro con el monasterio de Carrizo

Publicado por
Pacho Rodríguez - madridleón
León

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El pintor Juan Martínez (Jaén, 1942) entraba ayer, con prisa, en la sala María Zambrano del Círculo de Bellas Artes y se topó, para su sorpresa, con un cuadro suyo a la derecha de la sala. Tal vez esa sea una de las formas de cerrar el círculo de la creación y la realidad. Otra, igual de fundamental, la que sobre su obra aportó un leonés de adopción nacido en 1941 en La Coruña: José María Merino. Entre los dos -ayer lo presentó en Madrid la editorial Nueva Comunicación-, han construido el libro Visiones , una colección de obras del pintor y que es un monumento vigoroso de papel en el que los dibujos, de Martínez, auténticas obras pictóricas, cuentan con el apoyo narrativo y literario (y algo que quedó por apuntar ayer y que es la propia sabiduría) de Merino. En definitiva, el invento del artista andaluz tiene letra de José María Merino. Y la editorial Nueva Comunicación, así lo señalaron sus responsables, «un buque insignia» del que pueden estar orgullosos. El libro fue elogiado con máxima generosidad por Rogelio Blanco, director general del Libro, que presidió el acto junto a los dos autores, el crítico Tomás Paredes y Miguel Ángel Cordero como responsable de esta apuesta editorial. Para Blanco, que aseguró que de alguna forma vio crecer el libro al tener conocimiento directo de la obra de Juan Martínez, Visiones es un ejemplo de una «ejecutoria de composición bellísima. Un libro de los que da gusto tener», aseguró. Y también elogió el acierto en cuanto a un contenido «que te lleva a leer y pasar páginas y páginas y desear que haya más», relató. Los artistas son espejos El director general del Libro indagó aún más en la filosofía de lo que se cuenta en Visiones , del que Merino dijo que trabajó sobre la confluencia de los signos que propone Martínez, y se refirió a la creación como una parte esencial de la existencia. «La realidad hay que mirarla como una representación. Los artistas han de hacer de espejos y ofrecernos la realidad. Porque a veces es necesario para poder soportar su crudeza», remarcó Blanco. Y citó a Cioran: «El hombre vacila entre estar solo y ser único», para concretar que «para cubrir estas situaciones de vacío, necesitamos crear cultura», dijo Rogelio Blanco. El acto, que contó con más presencia leonesa en la figura de Jesús Manuel Ferrajón, director ejecutivo de la Fundación Leer León; José María Hidalgo, los periodistas Camino Alonso, Pedro Fernández e Ignacio Alonso o el escritor Alfredo Álvarez, escuchó también con atención las palabras de José María Merino, como esa parte imprescindible del libro en la que pone voz al entramado simbólico del universo pictórico del artista andaluz. Merino contó lo que vio en la obra de Martínez: «Veo la terquedad de los símbolos. Veo la persistencia del sueño. Veo cómo aparece el rostro, la máscara, la calavera que a todos nos unifica», relató, y fue aún más grande ese arte puro que destila Visiones en imagen y contenido, en diseño y edición. A estas alturas de diciembre, ayer en Madrid, todo parecía indicar que se estaba ante uno de los libros del año. Uno de esos sueños que las editoriales a veces pasan a limpio. Una apuesta firme para que un andaluz y un leonés, después de crear obras de arte en lo suyo, se sumen para contribuir más a enriquecer la tarea del otro. Y Visiones es una demostración de que el arte explica el mundo, como vieja demanda recuperada ayer por Rogelio Blanco.