FAO Debuta estas navidades en Antena 3 con «Al pie de la letra»

Las galas benéficas tienen justa fama de ser un género televisivo muy aburrido. Esto no es por fuerza inherente al género en cuestión, sino que es producto de la reiteración, de la rutina, y también del poco margen de maniobra que le queda al maestro de pista. TVE-1 emitió el sábado la habitual gala FAO de todos los años. Lo hizo bajo el aspecto de un largo programa-maratón que nos llevó desde la sobremesa hasta la madrugada. Presentó la gala Anne Igartiburu, auxiliada por un florido ramillete de famosos que atendía al público por teléfono, adornada por varias docenas de actuaciones musicales -Bisbal, Chenoa, Jarabe de Palo, etc.- e ilustrada con los solidarios mensajes de personalidades conocidas, como, entre otros, Xavier Sardá. Y todo eso, ¿para qué? La FAO nació en 1945, entre la batería de instituciones internacionales que debían organizar el mundo de la posguerra, con la finalidad de erradicar el hambre del planeta. Sesenta y dos años después, el mapa del mundo ha cambiado y sus reglas económicas también, pero el hambre no ha desaparecido y hay extensas áreas, sobre todo en África, donde parece imposible asentar políticas estables de subsistencia. ¿Significa eso que la FAO ha fracasado? No necesariamente: la FAO puede esgrimir en su favor notables logros. Pero está claro que las organizaciones mundiales tienen límites, y eso es algo que el espectador debe saber cuando alguien le pide dinero. Es interesante poner esta Gala de TVE en relación con la cumbre euroafricana de hace unos días: allí quedó muy claro que la pobreza de África tiene dos patas, y que una es, sin duda, el desorden económico mundial, pero que la otra es la corrupción y el caos en los propios países africanos, y ahí las instituciones internacionales están demostrando una ineptitud clamorosa. En ese contexto, las galas de la FAO tienen algo de rifa benéfica escolar: los niños reciben un discurso elemental y primario sobre «los negritos de la China», los papás pudientes marcan status dejando una buena propina, los menos holgados hacen lo que pueden para no quedar mal y, al final, todos sienten que los problemas del mundo han quedado resueltos cuando el profe enuncia la gran cantidad de dinero recogido. Al día siguiente, por supuesto, los problemas del mundo continuarán como estaban, aunque, ciertamente, tal vez alguien que lo necesita reciba un pellizco de ese dinero, y con él quizá pueda empezar a salir adelante. ¿Debemos conformarnos con eso? Seguramente, sí; pero sería memo ignorar que la puesta en marcha de la espectacular rifa, aunque sea benéfica, ha costado cien veces más que el dinero que va a recibir el desgraciado agraciado. ¿Acre? Claro. Pero eso es lo que hay detrás de la solidaridad en televisión Javier Estrada se ha pasado varios meses memorizando las letras de conocidos temas y viendo vídeos de showmen norteamericanos que hacen de todo para que el público lo pase bien. Un esfuerzo que le ha merecido la pena porque está muy satisfecho de las diez grabaciones que ha hecho de Al pie de la letra , concurso musical basado en un formato norteamericano que reta a los participantes a que demuestren que conocen al dedillo la letra íntegra de canciones populares. Actor, cantante, tenista y ex concursante de los realities Gran hermano y La granja VIP , versión chilena de La granja de los famosos de la que salió campeón, el catalán Javier Estrada es el maestro de ceremonias de este espacio con el que Antena 3 rescata la siempre exitosa fórmula del karaoke que hace algunos años se instaló en la parrilla de Telecinco y de varias algunas autonómicas. La que es la versión española de The Singing Bee llegará este mes a la privada con periodicidad diaria. Después de las Navidades, periodo en el que tendrá dos especiales en Año Nuevo y Reyes, será semanal. -Un gran plató, un público de 300 personas de las que salen los seis concursantes de cada edición, una orquesta, cantantes, bailarinas y el respaldo de Gestmusic. La apuesta es importante. -Mucho. Esto va como un cañón. Lo estamos pasando muy bien. El proceso ha sido muy laborioso -casting, ensayos, grabaciones...-. A todos nos ha sorprendido mucho lo dinámico que es el programa, no paras ni un segundo. -Uno de los alicientes del espectáculo es que el público se la juega desde el primer momento. -Sí. Aquí todos nos volvemos locos por cantar y bailar. Además, hay premio en metálico. Pero no se puede fallar en la letra porque hay sanción. P-Dice que el presentador del formato norteamericano es un fenómeno mediático. -Sí, me he empollado sus vídeos, pero no voy a copiar a nadie. Es un espacio que va muy rápido y tienes que estar muy pendiente de muchas cosas, no puedes despistarte. El público te dice en vivo y en directo si se aburre o lo está pasando bien, si lo que haces funciona. -Y por lo que ha pulsado ¿funciona? -Yo me lo estoy pasando muy bien y veo que el público se entrega y se ríe mucho y los concursantes le ponen mucho arte y están a gusto en lo que yo llamo sucedáneo de karaoke. Aquí tenemos la tensión de un concurso, de ganar el premio. He visto muchos karaokes en televisión y estoy seguro que Al pie de la letra va a abrir una ventana a los espacios musicales en la pequeña pantalla. 1397058884 Al pie de la letra entra dentro de los espacios de entretenimiento. -El objetivo es divertir a la audiencia y mi papel es dar cancha al juego y que ningún concursante se sienta intimidado. El primero que pasa de la verguenza soy yo, no me importa nada hacer el ridículo. -Es su primer programa en el circuito nacional, pero lleva seis años haciendo televisión. 1397058884 Al pie... es un reto más que, espero, aporte mucho a mi currículo. Presenté un reality en Chile que tuvo mucho éxito, y también he trabajado en varias cadenas locales, pero este concurso es muy importante y una oportunidad para crecer. He tenido responsabilidades grandes como representar a España en el Festival de Viña del Mar, pero este espacio me hace mucha ilusión porque estoy en mi país y yo soy muy patriota. -Usted participó en la tercera edición de Gran hermano ¿qué recuerdos tiene? -Buenos. No reniego de haber pasado por ese programa que me abrió muchas puertas y por el que hoy estoy aquí. Es una etiqueta y esto se trata de ir colgándote muchas etiquetas.