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EL INVENTO DEL MALIGNO | Con detalle |

Friquis «Los Serrano» se instalan en la noche más competitiva

La comedia de Telecinco estrena este miércoles su séptima temporada

Publicado por
JOSÉ JAVIER ESPARZA Mercedes Rodríguez - madrid
León

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Lo de friqui lo hemos sacado del inglés freak (sustantivo) o freakish (adjetivo), que puede traducirse como «raro, anormal, monstruoso». Aquí se empezó a llamar friqui a cualquier sujeto que se saliera de lo normal en el registro de lo grotesco o lo cómico, y la etiqueta pronto se aplicó expresamente a una forma de hacer televisión. La noticia es que esa forma de hacer televisión, el telefriquismo , parece haber entrado en decadencia. El telefriquismo -valga la fórmula- fue una consecuencia directa de la tumoración de «Crónicas marcianas», cuando el late show de Telecinco empezó a expandirse en todas direcciones de manera incontrolada. Recordemos los antecedentes. Gente rara, en la tele, la ha habido siempre; programas que dieran cancha a ese personal, también los ha habido desde antiguo. La guerra de caca desatada a mediados de los noventa subió el listón de la extravagancia y, a la vez, de la procacidad, pero, en general, quedó confinada en los márgenes de la televisión nocturna. Luego llegó, sin embargo, Crónicas marcianas , que después de un par de años de propósitos regeneracionistas terminó hozando en el mismo muladar. Aún así, la cosa no habría pasado a mayores si la cadena no hubiera extendido -indebidamente- el modelo a las demás franjas horarias, y así el friquismo se convirtió en un rasgo característico de la televisión española: los friquis ya no sólo eran exhibidos como atracción de circo, sino que se convertían en contertulios, opinadores, reporteros, para gozo y alegría de una audiencia que gustaba de esas cosas. Aquella exudación cinematográfica que fue la serie de «Torrente» vino a representar el espaldarazo decisivo para el mundo friqui ; en cierto modo, era el equivalente posmoderno de esa atracción por lo grotesco y lo deforme que siempre ha caracterizado a la cultura popular española. Era completamente lógico que al Friqui Manager (o Friqui en jefe), esto es, Santiago Segura, se le diera un programa donde los implantes de Yola Berrocal (pobre espalda, la de esa chica) pudieran convivir con el bisoñé del Dioni o la panza de Cañita Brava. Ese programa lo inventó La Sexta y se llamó «Sabías a lo que venías». Pese a la fama del Friqui Manager y de sus colaboradores, el programa está siendo un fracaso morrocotudo: no ha pasado del 3% de share y su cifra media oscila en torno al 2,5% (aproximadamente), números que son bajísimos incluso para el contexto «poco antenizado» de La Sexta. ¿Significa esto que hemos dejado atrás la época del telefriquismo ? Sí, al menos como género específico. Hoy se respira mejor. Los Serrano se instalan en el horario estelar de los miércoles, una noche que ha sido especialmente competencia en la ficción de esta temporada, con El internado (Antena 3) y Desaparecida (La 1) bien asentadas entre su público. La popular comedia de Telecinco, con 4 años de éxito mantenido, ha elegido las fiestas navideñas para estrenar su séptima entrega, en la que su protagonista, Diego, (Antonio Resines) vivirá entre dos aguas, con dos mujeres que se disputan su amor. Todo ello enmarcado en el mismo ambiente, ese costumbrismo castizo que marca su sello de identidad y que no ha impedido que esta producción de Globomedia haya sido exportada a 18 países. Por eso sus autores defienden el valor universal del humor de esta comedia. La serie llega a su capítulo 125 con buena salud. El director de antena de Telecinco, Alberto Carullo, recuerda que la cada vez más amplia familia del barrio de Santa Justa ha vivido más de un momento difícil de superar, el más radical fue la muerte de Lucía, el personaje que encarnaba Belén Rueda. La marcha de la actriz que ha encontrado el éxito en el cine después de años de andadura televisiva marcó un antes y un después que los guionistas han tratado de solventar. La audiencia no se resintió entonces ya que la anterior entrega congregó a una media de 4,2 millones de espectadores. «Hemos sufrido la competencia y la hemos superado con buena nota en anteriores etapas. El miércoles hay una serie que se defiende bien ( El internado ), pero la situación no es preocupante. Estamos confiados», señala Carullo. Pero a El internado , también producción de Globomedia, sólo le quedan dos emisiones para cerrar temporada. Y la otra serie en litigio, Desaparecida , drama protagonizado por Carlos Hipólito, Luisa Martín y Miguel Ángel Sola, se mantiene con un público fiel pero sin que su cuota de pantalla sea especialmente destacada, a tenor de las últimas emisiones. Entre dos amores A la hora de buscar una nueva orientación en los guiones, tras la marcha de Belén Rueda, a Diego Serrano le han buscado dos atractivas mujeres, Ana (Natalia Verbeke) y Celia (Jaydy Michel), que competirán por conquistarle. Aunque Lucía fue su gran amor, parece que ésta, desde el más allá, le recomendado que se ponga la tarjeta de libre. Y Diego deambula entre dos aguas. A pesar de que parece inclinarse por Celia, la dulce y refinada profesora de inglés, Ana, la dueña del colegio, no se rinde ni se dará por vencida. Mientras, su amigo Fiti (Antonio Molero), divorciado, sentirá una irresistible atracción por su cuñada, Ana, aunque ocultará ante sus amigos su sentimiento. Mientras Diego ha recuperado el bar, Fiti ha hecho lo propio con su taller, donde trabaja con su hijo, Raúl (Alejo Sauras). Y los niños empiezan a crecer y dar nuevos problemas, especialmente Teté (Natalia Sánchez), cada vez más rebelde. Los enredos se multiplicarán. Entre otros, el derivado de la aparición de un niño de cinco años, Adrián, que se presentará en el hogar de los Martínez, donde viven Fiti y Raúl junto con José Luis (Javier Gutiérrez) y Choni (Pepa Aniorte). «Pese a ausencias dolorosas se crea una nueva familia, no sólo por los vínculos de sangre sino de amistad», resume Alberto Carullo. Dieciocho países han exportado Los Serrano , uno de los hitos de la ficción nacional. En cadenas como la italiana Canal 5, la lusa TV1 o la griega Mega han optado por comprar el formato y realizar sus adaptaciones. Pero en otros como Finlandia, emiten la serie original, subtitulada a sus propios idiomas.

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