«Mirabas si la guitarra tenía seis cuerdas y nada más, a escena»

En una entrevista de Jaime Torcida en el Diario de León, en 1986, con la mitad más grande de Los Deicidas, Felipe Zapico, este último decía de León que era un buen lugar para pasear cuando la ciudad estaba solitaria. Ha cambiado poco su visión, aunque entonces reflexionara más acerca de lo público y lo privado, los promotores, funcionarios¿ Dos décadas después, Zapico y José Luis Pajares contestan, cada uno desde su refugio, a las mismas preguntas, pero sin copiarse. Y hay que empezar por aquella pregunta que ya formuló Torcida en el Diario. Y terminar, hoy, a las 22.30 (entrada gratuita), en la sala Studio 54, en donde se perpetrará este esperado milagro en la fiesta de elrin.com, en un encuentro con más que música pero que contará con la presencia de otros grupos como Golfos Apandadores, Backliners, Nacho Álvarez, Koimatsu, DeVerssions y Los Platillos Volantes. -¿Es León un buen lugar para hacer cosas musicales? -(Felipe Zapico) El lugar no importa. Y León lo ha sido. A pesar de los leoneses. (José Luis Pajares) Creo que sí. Hay suficientes fuentes de inspiración mires donde mires. -Con la perspectiva del tiempo, ¿qué sabor de boca les deja lo que fueron Los Deicidas? -(F. Z.) Para mí un sabor espléndido, genial, divertido y a tope. (J. L. P.) Un sabor divertido. Los nervios en la boca del estómago antes de un bolo, mucho callejeo por el casco viejo en los 80 y los 90 y mucho canalleo compartido con amigos. Gran balance. -¿Cuál era el rito de cada uno antes de salir al escenario? ¿Quién saltaba primero al terreno de juego? -(F. Z.) De ritos nada, eso lo dejo para los grupos religiosos. Saltábamos todos a la vez, no somos boxeadores. (J. L. P.) No éramos un grupo de mucho ritual. No rezábamos como Springsteen. Mirabas si la guitarra tenía 6 cuerdas y a escena. -¿Cuál fue el momento cumbre de la banda durante su tiempo de actividad? -(F. Z.) Un concierto en Papalaguinda, los de La Tropicana, Astorga¿ No sé, desde luego los conciertos. (J. L. P.) Los conciertos del Agapo de Madrid. La gira de Teloneros. Compartir un carajillo con Josele Enemigo. Los conciertos, sin duda. Éramos un grupo para los focos y el escenario. -¿Cómo creen que se recibía la «propuesta Deicidas» fuera de León? -(F. Z.) Pues ser recibía poco, salvo Radio 3 que siempre nos apoyó. En Madrid, en ciertos ambientes y con cierta gente parece que éramos un grupo curioso. (J. L. P.) Cuando conseguían cerrar la boca tras la primera impresión lo pasaban como enanos. -Sin caer en protectorados institucionales, ¿piensan que se pudo armar algo con más repercusión, recorrido o trascendencia? -(F. Z.) Las cosas son como son. Por diversas circunstancias no pudimos trascender a nivel nacional y ya está. No me gusta nada esa frase de «si hubiésemos sido un grupo madrileño». Fuimos tan buenos o tan malos como pudimos. Y la repercusión no importa, sonábamos cojonudamente en directo. (J. L. P.) La respuesta sería: Ahora, ya, ¿qué mas da? Todo se estaba haciendo por vez primera. Y ya sabemos que la primera vez que haces algo, si te sale bien, suele ser casualidad. -¿Un grupo de cabecera para Deicidas? -(F. Z.) Miles de canciones, cientos de grupos... No puedo quedarme con uno. (J. L. P.) Sex Pistols. -¿Un momento en el que vieron que era hora de parar el balón? -(F. Z.) Cuando lo dejamos, ya no había recorrido y los sacrificios eran demasiado grandes. Debía tratar con gente que ya no me gustaba lo que hacía para poder grabar y esas cosas. (J. L. P.) 1993. Ahí se paró definitivamente el cuentakilómetros de la C-15. -Las discográficas, ¿qué dan? -(F. Z.) No lo puedo decir para no ser acusado de homófono. (J. L. P.) Ni idea. Nunca firmé ningún contrato con ninguna. Pero no descarto la posibilidad, aunque ahora están algo de capa caída...