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Publicado por
JOSÉ JAVIER ESPARZA
León

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CREO QUE lo más sensato sería dictar la abolición institucional de la Navidad; al menos, a efectos televisivos. Ya ninguno de los canales generalistas de ámbito nacional -o sea, el oligopolio- hace nada especialmente navideño, así que, ¿por qué seguir con esta pamema? El único argumento común que puntualmente comparece en la Nochebuena es el discurso del Rey, pero, contra lo que pudiera parecer, lo que celebramos no es el nacimiento de Don Juan Carlos. Tampoco el de Raphael, que es el otro personaje que nunca falla en esta época del año, mayormente en la Pública. Fuera de tales cosas, la consigna televisiva en estas fechas podría enunciarse así: que se note que es fiesta, pero que no se sepa por qué. Por ejemplo: si TVE-1 quiere ofrecer a sus profesionales la oportunidad de demostrar sus habilidades vocales y coreográficas, hágalo libremente, porque además es cosa digna de verse, pero no tiene sentido que envuelva el festolín en adornos navideños, porque esos adornos, aislados de su motivo, son insignificantes. Sobre todo, que no se engañe a la gente: si uno se pone navideño, que lo sea con todas las consecuencias, y si uno quiere prescindir de las consecuencias, entonces es mejor que pase de historias y vaya a su bola (pero que no sea una bola de arbolito). La 2, venga al caso, emitió a medianoche la Misa del Gallo, como es costumbre, pero este año tenía programada, inmediatamente antes, la emisión de la película de Todd Haynes Lejos del cielo , donde una señora descubre que su marido es homosexual y, por tanto, se lía con el jardinero; o sea, lo mejor que hay para la familia cristiana, ¿verdad? En ese sentido, casi resulta más transparente la opción de Cuatro, que aprovechó la Nochebuena para emitir La vida de Brian , la parodia de Monty Python sobre el nazareno; una película que en cualquier otra época del año puede ser divertida, pero que en esa precisa noche era simplemente insultante. También fue digna de nota (necrológica) la elección de La Sexta para la Nochebuena: La familia Addams , es decir, lo que los veteranos conocemos como la familia Monster, cuya presencia en la parrilla de Nochebuena puede ser interpretada como una declaración editorial de esa cadena. En este sentido, hay que agradecer a Antena 3 que pospusiera hasta la madrugada la aparición de La familia Mata . En cuanto a las otras familias homicidas, que son las de las Escenas de matrimonio de Telecinco, ni siquiera esta noche se nos privó de su espeso malestar de vivir; es verdad que apareció por allí Lina Morgan, pero eso sólo incrementó los deseos de que empezara cuanto antes CSI . Lástima que Horatio Caine no se pusiera un gorrillo de pastor.