Diario de León

EL INVENTO DEL MALIGNO

Praderas

Publicado por
JOSÉ JAVIER ESPARZA
León

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TVE-1 DEDICÓ la tarde de Navidad a la versión cinematográfica de La casa de la pradera , dirigida por David L. Cunningham, sobre la novela de Laura Ingalls Wilder's little house in the pariré . Los más canosos recordamos, por supuesto, la exitosa y lacrimógena serie televisiva capitaneada por Michael Landon en los setenta, que aún circula ampliamente en formato de vídeo. Ese relato, basado en una experiencia real -la de la propia Laura Ingalls-, viene a ser un homenaje a los miles de norteamericanos que abrieron el oeste a fuerza de arado, carreta y escopeta. Es un periodo infinitamente glosado por el cine y la literatura. Y hacen muy bien los norteamericanos en contarse una y otra vez esa historia, porque, al fin y al cabo, ahí descansa su cohesión como comunidad. Además, en una aventura tan extraordinaria no faltan los episodios dignos de sostener narraciones de gran interés. Ahora imaginemos esta otra historia. Una joven y humilde costurera extremeña espera el retorno de su esposo, que ha marchado a América. Pasan los años y no recibe noticias de él. Resuelta, decide viajar a América ella también. Llega a Perú y descubre que su esposo ha muerto. Como es viuda de soldado, recibe unas tierras en propiedad. Se enamora del hacendado vecino, otro conquistador; éste también se enamora de ella, pero su amor es imposible, porque él está casado con una dama que sigue en España. Gente de acción, la joven viuda y el conquistador dejan sus haciendas para encabezar una nueva expedición hacia el sur. Han de librar terribles batallas con los indios. Lograrán su objetivo: fundan Santiago de Chile. Pero su amor se acaba: al conquistador se le obliga a dejar a la joven viuda. Ésta terminará casándose con otro conquistador, junto al cual vivirá treinta años de apacible matrimonio. En cuanto al galán infiel, le espera un final terrible: será capturado por los indios mapuches, que se lo comerán vivo. No es el argumento de una película: es la historia real de Inés Suárez y el conquistador Valdivia, hacia 1540. Yo la cuento en mi libro La gesta española (ed. Áltera) y el episodio ha sido glosado muchas veces (por ejemplo, por novelistas como Isabel Allende), pero a ningún creador audiovisual español se le ha ocurrido jamás llevarla a la pantalla. Ni ésta, ni ninguna otra de los centenares de historias parecidas que salpican la peripecia española en América. Nuestra imaginación está llena de praderas de Kansas, familias Ingalls, peligrosos comanches y hasta de caravanas de mujeres, pero lo ignoramos todo sobre Inés y Valdivia, sobre Mencía Calderón o sobre Cabeza de Vaca. Eso que nos pasa se llama colonización cultural. Gran historia, la de La casa de la pradera .

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