OPINIÓN
Cuando las cifras cantan
HUBO quien este verano confundió una intervención del Musac en plena ribera del Órbigo con un puticlub de los de toda la vida. El fiasco debió ser enorme. No había chicas de alterne en el viejo matadero de Benavides, pintado como un club de carretera, sino arte o «algo parecido»... Y es que los caminos del arte contemporáneo son inescrutables. Que levante la mano el que apostó por que el museo sobreviviría dos temporadas y con semejantes cifras de público. El número de visitantes -400.000 desde que abrió sus puertas en abril del 2005 o 140.000 este año, si se prefiere- son el mejor justificante de que, guste o no, se esté de acuerdo o no con los proyectos que abandera el Musac, llegan al público, que repite una y otra vez. No se trata pues de la curiosidad del primer momento. Exposición tras exposición mantiene y mejora las cifras. No hay otra fórmula de medir el «éxito» de un museo que el público que lo visita. En este sentido, los resultados son incuestionables...