EL INVENTO DEL MALIGNO
Resaca
COMO todos los años, los vapores del cava se disipan, los pellejos de la uva se digieren y nuestros canales empiezan a revisar tablas de audiencia, valorar el mayor o menor acierto de sus propuestas de nochevieja y calcular el alcance de los daños. A bote pronto, los datos más importantes son los siguientes. El especial de José Mota (Cruz sin Raya) fue el programa más visto de la noche con más 3,5 millones de espectadores (29,3%), pero pierde más 700.000 espectadores respecto al programa del año pasado (Cruz con Raya). A Telecinco le salió razonablemente bien la apuesta por Escenas de matrimonio : el aquelarre de parejas en perpetuo ataque de nervios pasó el 20% de cuota y superó en 5,9 puntos los datos del año pasado. Antena 3, además de mejorar sensiblemente los datos de 2006, logró ser la segunda cadena más vista en las campanadas con la presencia del incombustible Ramón «doce años, doce uvas» García. Primera deducción: este año, gastarse un poquito más de dinero en nochevieja no ha sido una inversión ruinosa para las privadas. De este juicio general hay que excluir a Cuatro, cuyos 'Manolos' quedaron incluso por debajo de las cifras de Humor amarillo el año pasado; y de las campanadas con Boris y Ana, mejor ni hablar, porque quedaron incluso peor que su antecedente: desastre sin paliativos. En todo este paisaje, La Sexta hizo un «ni fu, ni fa», ahora bien: en el 'prime time' propiamente dicho, las gamberradas de Sé lo que hicisteis quedaron por encima de Cuatro. Que cada cual saque el juicio que quiera. Sobre todos estos datos, añadamos otros menos relevantes. Por ejemplo, que a TVE-1 se le está yendo la gente en el trance de las campanadas: ya sea porque por fin los españoles se han dado cuenta de que las doce suenan igual en todas partes, ya sea porque el triquini de Anne Igartiburu daba más frío que otra cosa, ya fuera porque no estaba Ramón García, el hecho es que las campanadas de TVE bajaron 8,8 puntos (del 47,8% al 39%). Otrosí, la ocurrencia de Telecinco de recorrer España comiendo uvas sigue sin dar resultado: la idea no es mala, pero es obvio que algo falla cuando el paso del tiempo no le hace ganar adeptos, sino perderlos. Respecto a La 2, para desdicha suya hizo honor a su nombre: ninguno de sus programas llegó al 3% de cuota de pantalla. Si hay que sacar una conclusión general, podría ser esta: TVE sigue beneficiándose de la inercia del hábito, pero cada vez menos, y las privadas, si ofrecen algo mínimamente decente, pueden retener a parte de su público habitual. Terminamos con un dato singular: uno suma las audiencias de todas las cadenas y descubre que hay muchos españoles que se toman las uvas sin televisión o, directamente, pasan del rito. Benditos sean.