Diario de León
Publicado por
JOSÉ JAVIER ESPARZA
León

Creado:

Actualizado:

A LO MEJOR usted no se ha dado cuenta, pero hemos asistido al nacimiento de la serie-contenedor. Hasta hace poco, las series de televisión eran relatos con un principio y un final. Las había sucesivas -que despliegan la historia a través de varios episodios-, las había autoconclusivas -donde cada episodio es un relato cerrado, para abrir un relato nuevo a la semana siguiente- y las había mixtas, es decir, que ofrecen al mismo tiempo un relato general sostenido en el tiempo y pequeños relatos abiertos y cerrados en cada episodio. En todos los casos, la serie «canónica» debía respetar reglas elementales: un argumento general reconocible, unos personajes principales estables, una coherencia de fondo en la narración. Y cuando los personajes de una serie adquirían tal consistencia y tal vida propia que podían convertirse en motores de otra historia, se les sacaba un vástago ( spin off , lo llaman), es decir, una serie propia. De Siete vidas sale Aída ; de Desaparecida sale UCO . Eso respeta las reglas elementales de la narración: termina una historia y empieza otra, y nadie reprochará a los guionistas que aprovechen el aparato de producción preexistente. Pero lo que estamos viendo ahora es otra cosa: las series duran y duran aun cuando ya no tengan historia que contar. Lo que define a una serie ya no es el relato, su asunto, sino la «marca» compuesta por la amalgama de unos personajes permanentes y una situación más o menos estable. Los Serrano es un buen ejemplo: tras la salida de Belén Rueda (si no antes), la narración ha perdido columna vertebral. Eso es inevitable cuando un producto dura demasiado tiempo. La pérdida puede enderezarse con un esfuerzo argumental, como ha hecho Él comisario'. La otra opción es la del spin off . Pero aquí se está optando por la solución «contenedor»: la serie ya no es exactamente una historia, sino más bien una situación, un paisaje donde caben historias distintas. Quizás ocurre que eso es más barato que empezar una producción nueva; en todo caso, significa un cambio importante en ese contrato invisible que la tele suscribe con el espectador cuando le propone una historia. Antes citábamos el ejemplo de Los Serrano ; a la serie tribal de Telecinco hay que reconocerle, sin embargo, los méritos de la fidelidad a un planteamiento narrativo y de la resistencia contra el tiempo. Mucho más notable es el caso de Los hombres de Paco , que empezó como serie cómica y ahora es una serie dramática. Y todavía más llamativo, por la rapidez de la transformación, es el ejemplo de Herederos , cuyo primer capítulo apenas guarda puntos en común con el último. No es extraño que el público haya ido desertando poco a poco. De algún modo, es un incumplimiento de contrato.

tracking