| Entrevista | Héctor del Mar |
«Si te haces popular rápido te quieren cortar la cabeza»
El presentador vive una segunda juventud en Cuatro con el espacio «Pressing catch», donde reconoce que los luchadores protagonistas son «grandes atletas y mejor comediantes»
Pocos presentadores han tenido la virtud de conquistar la sonrisa de dos generaciones de espectadores con su peculiar estilo. Y si, además, estas narraciones revolucionaron las anodinas emisiones radiofónicas de fútbol, el mito se engrandece. Héctor del Mar (el hombre del gol, del boxeo y la lucha libre) vuelve con ese espectáculo circense llamado Pressing catch . El presentador de Cuatro -nacido en Buenos Aires pero ciudadano español desde hace 30 años- mantiene intacto su gracejo y su forma de entender el deporte como espectáculo. -La suya es una resurrección en toda regla, ¿esperaba este éxito? -Tengo la suerte de presentar un producto conocido y probado al cien por cien. Coincido con Valerio Lazarov -«mi descubridor televisivo»- en que ahora es otra época, con más medios y un producto más completo. Pero los niños son muy fieles y además nos siguen viendo los veinteañeros que fueron adolescentes en los noventa. -Los tiempos han cambiado pero, ¿la forma de trabajar se mantiene? -Sí; recibimos las cintas cada miércoles, visionamos los combates, los editamos, hacemos un breve guión sobre cada luchador y comenzamos a trabajar. Todo aderezado con mucho ritmo y el pensamiento común de que esto es un espectáculo circense. -¿Con patadas voladoras y sillitas eléctricas incluidas? -¡Con el pack completo! Introduje esta terminología para quitarle dramatismo a los golpes. Cuando veo que las peleas se endurecen meto una coletilla para enfriar el ambiente a modo de: «Ayuda a la ecología, recicla a su suegra»... y claro, el que me esté viendo dirá, «pero qué ha dicho este loco». -¿Sabe que su refranero tiene más adeptos que el diccionario de la RAE? -Je, je, y eso que no soy profesor... Lo mío es un guiño a los literatos españoles y a los humoristas argentinos. Pero también hay algo de cosecha propia, como cuando digo en cada inicio: «Comienzan las hostilidades» o «conmigo Fernando Costilla; más costilla que nunca». -¿Ha compartido mesa con algún gladiador? -En los noventa, sobre todo. Teníamos carta blanca para viajar a Estados Unidos. Mi valedor fue el luchador Tito Santana, que me presentó a Hulk Hogan y al Último Guerrero. Recuerdo una comida con cuatro de ellos y se comieron diez pizzas familiares. ¡Son como niños grandes! -Y también buenos cómicos. -Los gladiadores son, ante todo, atletas. Se cuidan al máximo, parece un equipo de fútbol profesional en donde los estimulantes están prohibidos. Y luego, claro, son grandes comediantes; se leen el guión, saben quién va a ganar y van calentando los eventos especiales. -¿Qué le parecen otros locutores con personalidad, como Andrés Montes? -A Montes lo aprecio mucho. Asumió el concepto espectáculo en sus locuciones de la NBA norteamericana. El único temor es que cuando te haces popular rápido siempre te quieren cortar la cabeza.