Ancares replica a la Junta que las 198 pallozas no existen «ni en sueños»

A finales del 2005, la Junta de Castilla y León encargó a la empresa Sercam un estudio exhaustivo sobre la presencia de pallozas en el occidente de la provincia de León. Tras cuatro meses de trabajo, la empresa entregó una serie de voluminosos archivos que radiografiaban el estado de estas construcciones ovaladas, con techo de paja, tan típicas de León y Lugo. Los resultados, revelados por este periódico en diciembre del 2007, causaron conmoción, principalmente en el valle de Ancares, donde sus vecinos no daban crédito ante la cifra de 198 pallozas existentes, según el estudio, en los valles de Balboa, Barjas, Fornela, Valcarce y el propio Ancares. Una de las personas que más ha trabajado por la revitalización del valle ancarés y contra su despoblación, el polifacético Miguel Yuma, ha querido servir de portavoz a las gentes de la zona para denunciar que esos datos están «engordados y falseados» y que, sencillamente, «no son verdad», pues las pallozas supervivientes, a día de hoy, «no superan la veintena» en la provincia leonesa. A su vez, los artífices del estudio, en la persona del etnógrafo salmantino Pedro Javier Cruz, se han defendido de las críticas argumentando que su trabajo era también «arqueológico», y que, por tanto, sumaron a los edificios en pie todo resto o vestigio de muros circulares u ovalados de piedra encontrados en los citados valles. En la información suministrada por la empresa no se explicaba con detalle este particular aunque sí el hecho de que en muchas «queda la estructura, pero no los tejados de paja». Miguel Yuma, alcalde pedáneo del pueblo de Villarbón, asegura que un trozo de muro que hoy forma parte de una huerta «no puede, en modo alguno, considerarse una palloza, una palloza es toda una forma de vida, y una forma de vida que ha pervivido hasta hoy, además». Ante la Unión Europea El problema no se queda sólo en una mera cuestión de datos: algunas entidades locales del occidente berciano se encuentran inmersas en procesos de solicitud de ayudas ante la Unión Europea y la divulgación de datos sobre nuestro patrimonio que -según Yuma- «no hacen honor a la verdad», podría dificultar la consecusión de esos programas. «Las 198 pallozas de las que habla la Junta no existen ni en sueños», sentencia. Una polémica que puede ayudar a sensibilizar a ciudadanos y administraciones sobre la dificilísima situación que hoy en día atraviesan zonas rurales como los citados valles -y muchas otras comarcas leonesas-, donde, a pesar de contar con un patrimonio etnográfico y paisajístico único, que no existe en otros lugares, sufren agudos problemas de despoblación, olvido, derrumbe de sus arquitecturas y tradiciones seculares y una «soledad pura y dura», explica, con toda crudeza, Miguel Yuma. Dignificación A pesar de que los problemas para reflotar comarcas y patrimonios como éste son grandes, Pedro Javier Cruz, consciente del «panorama desolador» con el que concluía su estudio, aventura que las soluciones habrían de pasar por «dignificar» elementos culturales como la palloza, de forma que propietarios y vecinos se sientan orgullosos de tenerlas en sus pueblos y sumar a ello «medidas institucionales concretas» -hoy no las hay- para asegurar su supervivencia. «Un trozo de muro no es una palloza, una palloza constituye toda una forma de vida» MIGUEL YUMA