Cuatro actores europeos se llevan el premio en la categoría a la Mejor Interpretación
Los hermanos Coen desarman a «Expiación» y a «Michael Clayton»
«No es país para viejos» consigue el Oscar a la mejor película, dirección y guión adaptado
El director bicéfalo, los hermanos Ethan y Joel Coen, recibió ayer nada menos que cuatro Oscar por No es país para viejos , en una ceremonia donde las cuatro estatuillas para los actores partieron a Europa, incluida la del español Javier Bardem. En la categoría de Mejor Intérprete, el efebo dorado fue a parar a manos de la francesa Marion Cotillard y Daniel Day-Lewis, nacido en Londres y nacionalizado irlandés. Los premios de reparto recayeron en el español Bardem y la británica Tilda Swinton. La gran vencedora de la entrega de los Oscar fue No es país para viejos , que llegó nominada en ocho categorías y, aunque ganó la mitad, se alzó con los premios mayores: Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Guión adaptado y Mejor Actor de Reparto para Bardem, el primer español en ganar un Oscar en su rubro. «Mi madre me había dicho 'pero ¿por qué no te lo van a dar? Si no ganas sólo diviértete...' ella lo sabe todo», comentó el actor, de 38 años, en una rueda de prensa en el teatro Kodak tras recibir la estatuilla. Tras los pasos de Sofía Loren Otra foránea que marcó un hito fue Cotillard, que por encarnar el destino trágico de la cantante francesa Edith Piaf en La vie en rose se convirtió en la segunda francesa en alzarse con la estatuilla dorada, 48 años después de Simone Signoret, y en la segunda mujer en ganar el premio por una actuación en un idioma que no es el inglés, después de que Sophia Loren lo lograra en 1962. «Gracias al amor, gracias a la vida. Es verdad que hay ángeles en esta ciudad» de Los Ángeles, exclamó en inglés Cotillard, de 32 años, entre lágrimas ante los 3.400 espectadores del teatro Kodak de Hollywood. La ceremonia corrió peligro por los cien días de huelga de guionistas, paro que obligó al presentador de la gala, el cómico Jon Stewart, y a sus colaboradores, a tener listo el trabajo en menos de una semana. El resultado fue un espectáculo austero con bajas dosis de glamour y diversión, celebrado en una velada fría y lluviosa. Frente a No es país para viejos también sucumbieron Michael Clayton , cuyas siete nominaciones quedaron reducidas al galardón que pudo levantar Tilda Swinton, y Expiación , cinta que lucía también siete candidaturas y sólo pudo imponerse en una, la de mejor banda sonora, firmada por el italiano Dario Marianelli. Mala noticia para el cine español, que vio quedarse sin premio al donostiarra Alberto Iglesias, candidato por la música de Cometas en el cielo . El palmarés se completó con El ultimátum de Bourne , que consiguió tres premios técnicos; La vida en rosa , que, además de reconocer a Cotillard, ganó el Oscar al mejor maquillaje; y Juno , que aspiraba a cuatro premios importantes y sólo logró el de guión original para la ex stripper Diablo Cody, que recogió el Oscar de manos de Harrison Ford. Con un Oscar también se fueron 'Elizabeth, la edad de oro', al mejor vestuario; La brújula dorada , a los efectos visuales, y Sweeney Todd , a la dirección artística. Y Anne Hathaway y Steve Carell entregaron el Oscar a la mejor película de animación a los simpáticos ratones de Ratatouille . Su director, Brad Bird, comentó que lo más complicado del trabajo había sido «que los espectadores se identificaran con la historia de una rata». Noche de actrices Más actrices, aunque esta vez para entregar. Seria y espectacular, nuestra Penélope Cruz anunció el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, que fue a manos de la austriaca Los falsificadores . Es la primera vez que este país obtiene plaza en el exclusivo palmarés hollywoodiense. La noche avanzaba y se acabaron las sorpresas, sobre todo cuando se anunció el Oscar al mejor actor para el inglés Day Lewis. Ahora, por su forma de dar vida al magnate Daniel Plainview en Pozos de ambición , historia basada libremente en una novela de Upton Sinclair. El actor subió al escenario, reverenció y dio dos besos a la reina Helen Mirren y, muy modesto, agradeció el premio «a mi abuelo, a mi padre y a mis tres hijos», en línea similar a la abierta por Bardem.