Diario de León

Franck Goddio, el arqueólogo que halló el mítico puerto de Alejandría, trae a España los tesoros de Egipto

El arqueólogo submarino Franck Goddio en el matadero de Legazpi

El arqueólogo submarino Franck Goddio en el matadero de Legazpi

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Pilar R. Veiga - madrid
León

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El arqueólogo Franck Goddio, que consiguió localizar en los años noventa el mítico puerto de Alejandría, prepara en Madrid la exposición Tesoros sumergidos de Egipto , un resumen de 1.500 años de historia que, según contó ayer a Efe, «nunca podríamos haber visto sin las últimas tecnologías». La exposición, que podrá visitarse en el Matadero de Legazpi del 16 de abril al 28 de septiembre, reúne quinientas piezas, desde monedas y joyas hasta efigies de gran belleza y varios metros de altura. Vestido con una americana azul, unos vaqueros y un casco de obra, muy diferentes a su traje de buzo, Franck Goddio (Francia, 1947) ha confesado que no le gusta que le llamen el «Indiana Jones del mar» y se define «sólo» como «un arqueólogo que ahora dirige unas excavaciones bajo el mar en Egipto». La modestia rivaliza en Goddio, presidente del Instituto Europeo de Arqueología Submarina, con un gran conocimiento de la historia, pero que nunca hubiera podido contrastar de cerca «sin la ayuda de las sofisticadas técnicas con magnetómetros nucleares». Aunque se sumergió por primera vez en 1975, no sería hasta diez años más tarde cuando decidió trabajar en la arqueología submarina, y tuvo que esperar hasta 1991, cuando el Centro Atómico francés desarrolló una nueva tecnología, para buscar los restos de la antigua Alejandría. Ciudades perdidas La importancia de los hallazgos incluye restos de las antiguas ciudades de Alejandría, Heraclion y Canopo, desaparecidas a la vez en el siglo VIII d.C. Su relevancia ha sido comparada con el descubrimiento de Pompeya, pero, para Goddio, «la importancia económica y religiosa es mucho mayor». Franck Goddio ha explicado que el primer hallazgo de su equipo, formado por cincuenta personas, fue lo que se llamaba Portus Grande o gran puerto de Alejandría pero, menos conocidas para el gran público, «Heraclion era una ciudad casi mítica, conocida sólo por textos», y Canopo tenía el templo dedicado al dios Serapis, que hacía milagros relacionados con la vista. «Hemos encontrado la cara de la estatua principal de Serapis, ante la que miles de personas en la antigüedad venían para rezar esperando un milagro». El arqueólogo ha afirmado que la exposición resume una etapa de la historia de Egipcio muy «perturbada», al incluir las últimas dinastías faraónicas, la llegada de Alejandro Magno, la dinastía Tolomeíca, la colonización romana, cristiana, bizantina e islámica.

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