«Serrano Súñer consideró apátridas y no españoles a los republicanos exiliados», recordó
Isabelo Herreros: «En Mauthausen murieron más de treinta leoneses»
Francisco Pérez Esteban dijo que se fusiló a decenas de curas vascos por ser fieles a la República
La tercera jornada sobre la represión franquista en el frente Norte contó ayer con dos ponencias del máximo interés. La primera de ellas impartida por el peridodista Isabelo Herreros, quien disertó sobre uno de los temas cruciales de la guerra civil: los españoles en los campos de concentración nazis y, en concreto, lo sucedido a los leoneses internados en uno de los campos más crueles del III Reich, el de Mauthausen-Gusen, en Austria. Habló Herreros del periplo seguido por la mayoría de ellos: tres años de combate en defensa de la República, internamiento en 1939 en campos de concentración franceses, alistamiento forzoso en 1940 en batallones de trabajadores, apresamiento por las fuerzas de ocupación alemanas e internamiento en campos de exterminio tras la resolución del ministro de Exteriores. «Serrano Suñer -añadió- consideró apátridas y no españoles a los exiliados republicanos», desconsideración precedida por la «vergonzosa y criminal» actuación que con estos españoles demostró el gobierno de Vichy. En los tristemente célebres campos de Treblinka, Dachau, Buchenwald, Auschwitz-Birkenau y Mauthausen fueron a parar españoles de toda condición y de todos los partidos y sindicatos tras batirse casi tres años contra el fascismo hispano y sus aliados. «En Mauthausen -continuó- fueron asesinados 7.000 españoles de un total aproximado de 10.000. Treinta y cuatro fueron leoneses que murieron tras crueles e inimaginables tormentos, y la publicación de sus nombres y de los datos que sobre los mismos hemos podido recabar sólo pretende reivindicar la memoria de esos leoneses; campesinos, comerciantes o funcionarios que antes de 1936 no pensaban otra cosa sino ser buenos trabajadores y padres de familia y que, por el «delito» de defender la legalidad constitucional, en 1936 se vieron abocados a uno de los destinos más terribles que pueda sufrir un ser humano: internamiento, tortura y muerte».
Por respetar la legalidad
El profesor de Enseñanza Secundaria y periodista Francisco Pérez Esteban, por su parte, habló del papel de los sacerdotes nacionalistas vascos fusilados, una ponencia que captó de inmediato el interés de los numerosos asistentes que una día más abarrotaban el salón de actos del Ayuntamiento. Mencionó la importancia de rescatar del olvido a un grupo de curas que respetaron la legalidad republicana y participaron ayudando a los soldados vascos. En su mayor parte estos sacerdotes eran nacionalistas cercanos al PNV y sufrieron la represión de las tropas de Franco, un hecho bastante desconocido actualmente. «Aunque los datos no son muy concretos -explicó Pérez-, el número de curas asesinados alcanza la cifra de varias decenas de ejecutados». Habló seguidamente de sacerdotes asesinados en otras poblaciones españolas y explicó que fundamentalmente existía la voluntad de apoyar a Franco desde que Isidro Goma Tomás, cardenal primado de España, ideara con Franco la nueva doctrina nacionalcatólica. Puntualizó el ponente que fue el cardenal quien había lanzado la idea de que la guerra no era una contienda política sino una «cruzada religiosa». Recordó Pérez Esteban el caso de Mateo Múgica, obispo de Vitoria, y Olaechea, obispo de Pamplona, quienes se quejaron ante la Santa Sede de que estos curas habían sido asesinados, por lo que el papa envió a España al Ildebrando Antoniutti para que lo comprobara. Éste vio que muchos de ellos habían sido condenados por nimiedades. También recordó que la campaña de solidaridad con Franco impulsada por el cardenal Isidro Goma para arreglar iglesias y ayudar a los sacerdotes «en realidad sirvió para que el bando nacional comprara todo tipo de armas».