Diario de León

Se expondrá la vida cotidiana de los hebreos leoneses, fruto de los estudios en Puente Castro

Un gran congreso hace de León la capital nacional de la cultura judía

«En aquella época, nada se podía hacer fuera de la Iglesia», dice Jordi Casanovas, que abre el simposio

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E. Gancedo - león
León

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Durante este semestre León ocupa la capitalidad de la Red Nacional de Juderías; este motivo, unido a la necesidad del equipo investigador del Castro de los Judíos, en Puente Castro, de dar a conocer algunos de sus hallazgos, ha motivado la organización de un gran Congreso del Mundo Hebreo en la Península Ibérica que tendrá lugar entre hoy y el próximo sábado en el salón de actos del Centro Cultural Caja España (calle Santa Nonia, 4). Es la Universidad de León, a través de los departamentos de Historia y Patrimonio Artístico y Documental, la organizadora de este encuentro dirigido por Jorge Sánchez-Lafuente, profesor del departamento de Historia. En concreto, el simposio servirá de puesta en común de las distintas investigaciones que se ha desarrollado en varias juderías hispanas. En este sentido, y según apunta la dirección del congreso, el conocimiento de la sociedad y economía del pueblo judío en la Península Ibérica y a lo largo de su historia «impone necesariamente que los investigadores encuentren espacios adecuados donde intercambiar sus últimos avances. Las diversas aportaciones ofrecidas por las nuevas metodologías e incluso la necesaria unificación de los estudios desarrollados en las diferentes áreas de conocimiento invitan a crear un marco de encuentro donde se produzcan reflexiones conjuntas». «En este caso León, ciudad que albergó una de las juderías hispanas más importantes de la plena Edad Media, acogerá a los investigadores que desde diversos ámbitos de la investigación participan en este congreso», añaden. ¿Qué comían? Resalta el director del congreso, Jorge Sánchez-Lafuente, el gran interés de todas las ponencias que componen el evento, aunque para el público leonés sean más sugerente, posiblemente, las relacionadas con la comunidad hebrea de la provincia y las que divulgarán algunas conclusiones de las excavaciones realizadas en el Castrum Iudeorum (Castro de los Judíos-Puente Castro) «como puede ser el análisis de los huesos de animales encontrados en la zona -explica Sánchez-Lafuente-, animales domésticos como ovejas y cabras pero de razas no puras, no seleccionadas, a diferencia de lo que estamos acostumbrados hoy en día». También recuerda las ponencias relacionadas con las juderías de Astorga y Bembibre, poco conocidas, y las que versan sobre su oficio de cambiadores de moneda o recaudadores. «Siempre fueron una minoría, una minoría perseguida. En nuestra sociedad es más común el respeto hacia la minoría, pero eso no era lo normal en la Edad Media. Y eso que eran, en teoría, hombres del rey y el rey debía defenderlos», comenta Jorge Sánchez. Por su parte, será Jordi Casanovas Miró, del Museo Nacional de Arte de Cataluña, el encargado de abrir el encuentro con una conferencia sobre la figura del judío a través de los manuales de los inquisidores en los siglos XIII y XIV, antes de la expulsión de los judíos de España por parte de los Reyes Católicos. Los judíos siempre fueron vistos «como un problema», adelanta Miró. Un problema para la cohesión religiosa en unos reinos en los que «la Iglesia lo era todo, no se podía hacer nada fuera de la Iglesia». «Pero la Inquisición, en esos años, no podía hacer nada sobre los judíos, sólo podía actuar según su incidencia sobre los cristianos», comenta, y continúa: «La imagen que se tenía de ellos, aunque fueran muy útiles por su capacidad para ponerse en contacto con otras comunidades gracias a sus redes y vías de comunicación y por sus habilidades económicas más o menos magnificadas, era la de de gentes que se encontraban en un error, que eran incapaces de ver ese error por más que la Iglesia intentara cristianizarlos». Esa falta de encaje en la visión religiosa dominante de la época llevó finalmente a su expulsión «como ya había hecho Francia y otros países. Francia los expulsó en 1306, los readmitió en 1315, los volvió a expulsar...», recuerda.

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