| Reportaje | Palabras en la nieve |
Los Beatles del filandón
Pereira, Mateo, Merino y Aparicio ofrecieron sus cuentos en la Biblioteca Nacional en una gira que les llevará a México y Nueva York
La gente de Madrid debe de pensar que León es lo que es: un lugar de cuento, un territorio literario con una larga lista de nombres que forman parte de la cultura de la capital en cuanto hay un acontecimiento que celebrar. Esta semana, dentro de la gira organizada por Everest, tocaba bolo en la Biblioteca Nacional. Y allí iban llegando las estrellas del Filandón: Antonio Pereira, Juan Pedro Aparicio, Luis Mateo Díez y José María Merino. Algo así como los cuatro tenores del relato leonés y español. Y ahí es nada: dos académicos: Mateo y Merino; un director del Instituto Cervantes en Londres: Aparicio; y un grande de la literatura en español: Pereira, el más veterano y, tal vez, el más, con permiso, filandonesco. Pero como era la Noche de los Libros en Madrid, una jornada en la que la imaginación está permitida, parecían Los Beatles del Filandón. Los momentos previos a estas narraciones, bajo el título de Palabras en la nieve , enmarcadas dentro de las actividades que la editorial leonesa celebró para conmemorar sus 50 años de vida y libros, tienen también lo suyo, porque de la intimidad de una lumbre se ha pasado a un auditorio como el de la Biblioteca Nacional de España. Y Cartagena de Indias, Nueva York, Ciudad de México y, por supuesto, León son destinos del Filandón. «Filandones posmodernos», los ha llamado Merino. «¿Quién empieza?», decía uno. «Normalmente, empiezo yo y explico de qué va la cosa», aclaraba Aparicio. Mientras, Pereira preguntaba: «¿Y mi abrigo? No, mejor que me lo guarde mi mujer». Alfonso García, coordinador del suplemento El Filandón del dirio y de Palabras en la nieve, tuvo que frenarles porque le tocaba a él aclarar algunas cosas: «Un filandón es una reunión después de la cena, que recuerda las formas de vivir, principalmente, del Noroeste. Se contaba y se filaba», resumió para poner en situación a un público que llenó la sala y que salió convencido de que la potencia de la literatura leonesa es real como la ficción allí contada. Más, cuando se pudo ver a autores de la talla de Pereira, Mateo Díez, Merino o Aparicio practicando la tradición oral como una de las grandes señas de identidad cultural de este país.