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No sería el primero de España pero sí de los primeros, encabezando la revuelta del Noroeste

El motín leonés, clave para que la rebelión pasara a Galicia y Castilla

El profesor Francisco Carantoña detalla en su libro el gran papel de León en la Guerra de la Independencia

Francisco Carantoña presentó su obra en el marco de la Feria del Libro

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E. Gancedo - león
León

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«En la mañana del 27 de mayo de 1808 se conoció en León el bando que anunciaba la renuncia por parte de los miembros de la familia real de sus derechos a la corona de España en Napoleón Bonaparte -escribe el profesor Francisco Carantoña-. Los leoneses, que ya habían expresado su apoyo al joven rey Fernando el 28 de marzo y el 24 abril, volvieron a lanzarse a las calles para exigir a las autoridades que reaccionasen contra la injerencia extranjera en el gobierno de España y organizasen un ejército que pudiera luchar para expulsar a los franceses. Como en la mayor parte del país, fue el pueblo quien se levantó contra la intervención napoleónica. Las autoridades, las clases acomodadas, presas del pánico, intentaron calmar a los vecinos amotinados y sólo se decidieron a ponerse al frente de la sublevación cuando comprendieron que no podían pararla. En los días siguientes se constituiría una Junta del Reino de León que se proclamaría soberana, extendería su poder sobre toda la provincia y declararía la guerra a Napoleón». Y es que si de algo ha servido la polémica en torno al levantamiento leonés del 24 de abril de 1808 (si fue o no la primera ciudad de España en manifestarse públicamente contra los franceses, etc.) ha sido para que se hayan celebrado estos días numerosas conferencias e intervenciones sobre el tema a cargo de grandes expertos, pero también para que ayer se presentara un libro que compila, explica y aclara los sucesos de aquellos tumultuosos días: Rugió el León. Todo el mundo tiemble. El levantamiento de León de 1808 , del profesor de Historia Moderna de nuestra Universidad Francisco Carantoña. Uno de los principales mensajes de la obra lo glosa el autor en el primer capítulo: «León jugó un papel muy relevante en el levantamiento de 1808. No sólo fue la primera capital de las provincias que integraban la capitanía general en sublevarse y crear una Junta, acción particularmente significativa en una meseta norte que se encontraba abierta a posibles ofensivas de unas tropas francesas que estaban presentes en el eje que unía la frontera de Irún con Madrid. Además, demostró con manifestaciones populares su apoyo al nuevo rey en marzo y en abril. Esta última fue especialmente importante porque mostraba el descontento contra una actitud de injerencia en los asuntos internos españoles por parte de los franceses que en esas fechas resultaba cada vez más abiertamente manifiesta». El 24 de abril, paso a paso Asimismo, y aunque incluye otros muchos sucesos aparte del ocurrido el 24 de abril, explica éste pormenorizadamente: «Ese día, el correo trajo a León la noticia de que en Madrid se habían producido incidentes cuando se descubrió que unos franceses pretendían imprimir una proclama en favor de Carlos IV. Pronto se formaron corrillos, comenzaron los gritos en favor de Fernando VII y, según las actas municipales, contra los malvados y los conspiradores . Es posible que también se hubieran producido gritos contra los franceses, pero no existe testimonio documental de ello. La gente, animada por gritos de patriotas como Luis de Sosa y Manuel de Villapadierna, acabó rodeando el Ayuntamiento y exigiendo los pendones de la ciudad para proclamar su fidelidad al monarca. En ese momento se hizo público un bando que recogía la petición, firmada por el rey el 12 de abril en Burgos, de que se hiciesen rogativas por el gobierno del reino en momentos tan difíciles». «Se organizó una comitiva con los pendones, encabezada por un regidor, que partió de la casa del Ayuntamiento, en San Marcelo, recorrió la ciudad y concluyó con su emplazamiento en el balcón de la casa consistorial, en la plaza Mayor. Entre los pendones se colocó un pequeño retrato de Fernando VII. A las tres de la tarde se organizó una nueva comitiva, esta vez con un retrato de Fernando VII de mayor tamaño, que fue llevado a caballo por un regidor. El retrato se mantuvo durante varios días en el balcón de la casa consistorial». «Parece ser -continúa Carantoña- que la exposición del ayuntamiento leonés fue publicada en la Gaceta y por orden de Murat se retiró la edición y sus ejemplares fueron quemados. Ciertamente, cuando Napoleón había decidido ya apartarlo del trono, cualquier manifestación de apoyo a Fernando VII resultaba incómoda para los franceses». Lo que sí está claro, reseña el profesor, es que el levantamiento leonés «contribuyó de forma importante a que se produjese el de Galicia y es anterior al de Valladolid». No obstante, hubo actos anteriores: «El 24 de abril leonés debe ser entendido en el contexto de la agitación que vivía toda España. En Burgos se había producido el día 18 un motín que provocó tres muertos civiles españoles a causa de los disparos de las fuerzas francesas. La causa de la explosión de ira popular fue la interceptación por parte de los franceses de un correo español que se dirigía desde Vitoria, donde estaba Fernando VII, a Madrid».