«Tequila éramos tan buenos que la gente no se lo creía»

Vuelve Tequila. Con dos palabras se resume un sonado regreso que lleva directamente a una pregunta: ¿Pero cómo? Alejo Stivel y Ariel Rot, los dos líderes históricos de la banda hispano-argentina que se convirtió en uno de los primeros fenómenos de fans y masas de la España democrática, con el rock and roll como argumento, hablaron para Diario de León de aquellos años y de cómo enfocan un presente en el que, claro, ya no están ni para pelos largos ni, tal vez, para ese stoniano correteo constante por los escenarios. Pero Tequila tenía buenas canciones y ese espíritu es el que Stivel y Rot, junto a Felipe Lipe, parecen estar dispuestos a rescatar. En el camino han pasado muchas cosas. Unas trágicas: los dos restantes miembros del grupo, Manolo Iglesias y Julián Infante, murieron en 1994 y 2000, respectivamente. Y otras más afortunadas: si Ariel Rot triunfó con Los Rodríguez, junto a Andrés Calamaro, y ahora disfruta de una sólida carrera en solitario, Alejo Stivel es un reputado productor que ha tenido su momento más exitoso como artífice de la grabación del archiconocido 19 días y 500 noches, de Joaquín Sabina. Pero ahora suman fuerzas para resucitar a Tequila. A ver cómo saltan. -¿Qué recuerdan esas actuaciones con fans desatadas y ustedes convertidos en ídolos juveniles? -Recordamos muchas cosas. Actuaciones caóticas en una época en la que estaba todo por hacer y, en parte, éramos nosotros los encargados de hacerlo. -Incluso estaba por hacer lo de cantar rock en español¿ ¿Se sintieron pioneros? -Tampoco tiene tanto mérito, porque veníamos de Buenos Aires donde llevábamos toda nuestra corta vida escuchando rock en español. Lo que es un misterio es por qué Argentina fue el primer lugar en el que se cantó rock en español. Puede que fuera por las influencias musicales de países como Brasil, porque es un país viajero y aislado. Que conste que son suposiciones¿ -¿Cómo se gestó Tequila? -Nosotros dos nos conocíamos ya de Argentina, por nuestras familias. Y hacíamos cosas en plan aficionado. Después nos trasladamos a España. Y en un concierto vimos cómo tocaban Felipe, Manolo y Julián. Decíamos: Vamos a montar un grupo que va a arrasar. Nos gustó mucho Felipe. Era el bajista que buscábamos. Con gafas y con ese aspecto. Nuestra aparición no fue muy elegante, porque ellos acababan de tocar y le ofrecimos a Felipe que se fuera con nosotros. Seguro que no debieron pensar muy bien de nosotros, pero luego ellos llamaron a Ariel, de guitarrista, y al poco se incorporó Alejo. -Usted, Ariel, era joven. Tenía 17 años cumplidos. -Sí tenía 16 años. Pero tenía una Les Paul dorada y tocaba muy bien¿ -¿No les dolía que se les considerara un producto prefabricado, cuando tenían mejores canciones que otros grupos de culto de la época? -Sí, pero no pasa nada. En el segundo disco, de hecho, la parte artística, íntegramente, es nuestra. Hasta las portadas las encargábamos fuera de la compañía. Ellos no decían nada porque funcionaba a la perfección. Ahora mismo, no existen grupos que decidan con tanta libertad. Lo que pasaba es que éramos tan jóvenes y éramos tan buenos que la gente no se lo creía. -Con los grupos de la llamada Movida no tuvieron mucha relación. Eran anteriores y, casualmente, más jóvenes que grupos posteriores. ¿Les ningunearon? ¿No les querían? -Nosotros fuimos muy precoces. Puede que les despertáramos tanta admiración como, en otras ocasiones, peores sentimientos. Luego, otros ocuparon en parte ese lugar nuestro. Mucho no nos querían y sí nos molestaba algo. -¿Cómo consiguieron ser buenos y comerciales? -Nosotros sonábamos bien y tocábamos y grabábamos bien. En la Movida, en parte, sonar bien estaba mal visto. -¿Ganaron mucha pasta? -Ganamos suficiente dinero como para gastar mucho. Éramos jóvenes e íbamos con los bolsillos alegres. A nosotros nos pilló antes de la inflación de las contrataciones de los ayuntamientos. Cuando se acabó Tequila, éramos pobres. La generación siguiente se compró chalets y estudios de grabación. Nosotros cometimos errores y tuvimos que invertir y gastar constantemente en equipos, porque entonces no había tantas empresas de alquileres. Pero, en definitiva, nos fue bien. -¿Cómo surgió este regreso de Tequila? -Estábamos en diferentes ciclos de nuestras vidas. Ahora toca este que es de regreso. No es más. No se trata de montar un gran espectáculo para justificar el regreso, porque el rock and roll es más un trance. Serán las canciones, nosotros y el público. Ser antena receptora y ser nosotros los que comunicamos. Para bien y para mal. Tenemos unas canciones muy vivas, que nos llevan a buenos lugares. No queremos preparar una coreografía ni hacer lo que hacíamos hace treinta años. Nos hemos juntado para tocar. -Y para ganar dinero¿ -Está muy bien ganar pasta. Y vamos a intentar hacerlo de una manera dign, pero no es lo prioritario; pero aunque lo fuera, también lo haríamos de la forma más honesta posible.