«Muchas de las anécdotas sobre Cela son leyenda urbanas», explica Sánchez Salas
«Existe la tendencia de adjudicar anécdotas divertidas, inteligentes o ingeniosas a personajes relevantes; en este sentido Cela fue un gran acaparador de ellas, pero muchas veces las alimentaba él mismo, a sabiendas de que no eran ciertas», explicó Gaspar Sánchez, quien acaba de publicar El coño de don Camilo . El que fuera secretario de Camilo José Cela durante seis años (1995-2001) ha escrito, desde la admiración y el respeto, algunas vivencias que compartió con el premio Nobel. «A mí Cela me enseñó dos cosas importantes; la primera, poner todo el empeño en conseguir lo que uno desea; la segunda, huir de la mediocridad como se huye de la peste». El último capítulo está dedicado a las leyendas que han rodeado la vida del Nobel. Una revista madrileña publicó que un día, mientras el ex sacerdote Lluís Maria Xirinacs pronunciaba un discurso en el Senado a favor de los matrimonios homosexuales, Cela eructó de forma escandalosa, lo que interrumpió al senador. «Eso es una leyenda; Cela me dijo que se lo habían inventado, pero me precisó que no lo iba a desmentir porque le hubiera gustado que fuese cierta». Este tipo de comportamientos, según su secretario, son más propios de un personaje de Cela que de Cela, a quien considera un hombre normal. «Si se me apura diría que era incluso tímido; fabricó un ogro porque era una forma de promocionar su obra», explicó.